Suspenso vasco en solidaridad

Bilbao

En 1970, la asamblea general de la ONU aprobó la resolución 2626. "Cada país desarrollado aumentará progresivamente la ayuda a los países en desarrollo, hará todos los esfuerzos por llegar al menos al 0'7 por ciento de su Producto Interior Bruto". 18 años después, Vitoria, con el alcalde Cuerda, fue pionera dentro y fuera de Euskadi al destinar a este fin el 0'7% de sus ingresos corrientes. En 2007 Euskadi fijó por ley ese compromiso para 2012.

No hará falta que les diga que, salvo excepciones, nunca se ha cumplido. El Gobierno Vasco, nunca. Para 2016 destina a este fin el 0'36. Son datos de la coordinadora de ONGs de Euskadi, que vuelve a clamar en el desierto contra la falta de voluntad política de quienes fueron ejemplares y ahora están al nivel de España.

La crisis fue la excusa para el recorte. Pero ya no lo es. Vitoria es la prueba. De cifras casi testioninales con Maroto, el gobierno de Urtaran le dedica ahora el 0'98 por ciento de su presupuesto. Es cuestión de prioridades. De creerse, como dijo Cuerda, que "la solidaridad es una obligación".