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DISTURBIOS

Dos años de cárcel y una multa de 120.000 euros al joven que protestó contra la reunión de la Troika

La Fiscalía atribuye al joven de Deusto los destrozos causados en el Casco Viejo el 3 de marzo de 2014, en protesta por la cumbre económica internacional

Sonia Lamberto (CADENA SER)

Bilbao

La Fiscalía ha pedido una sentencia condenatoria de dos años de prisión y una multa de 120.000 euros para un joven a quién atribuye los destrozos causados durante los incidentes ocurridos a lo largo de toda la tarde en el Casco Viejo de Bilbao el 3 de marzo de 2014, en protesta por la cumbre económica internacional.

En el juicio desarrollado esta mañana, el fiscal ha defendido que, como los ertzainas vieron al acusado arrojando objetos en esos disturbios y como portaba cuatro tuercas de camión que llevaban incrustadas petardos como los lanzados aquel día contra escaparates y bancos, se puede sostener que formaba parte del grupo que protagonizó los desperfectos.

Por ello, ha continuado en su alegado, en virtud del principio de imputación recíproca, los hechos que provocaron esos daños son "perfectamente atribuibles al acusado".Ese mismo principio ha señalado la letrada del Ayuntamiento de Bilbao que ha reclamado al joven alrededor de 75.500 euros en concepto de indemnización por los destrozos que se causaron aquel día en el mobiliario urbano de la ciudad.

La defensa ha solicitado la libre absolución de su patrocinado por falta de pruebas o bien que se delimite su actuación respecto al delito de desórdenes que correspondería, en todo caso, a la pena mínima.

Mientras se celebraba el juicio que ha quedado visto para sentencia, más de un centenar de personas entre los que se encontraban varios junteros de Bildu, se han concentrado convocados por la plataforma EGI Libre frente al Palacio de Justicia, para denunciar que este proceso "es una manera de criminalizar la lucha social".

El 3 de marzo de 2014, diferentes organizaciones sociales y juveniles convocaron actos en contra de la cumbre económica que se celebró en el Museo Guggenheim organizada por el Banco Central Europeo, la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional. Durante toda la jornada se registraron incidentes en diferentes zonas de Bilbao, que se saldaron con 12 personas detenidas o imputadas.

El celebrado esta mañana es el primer juicio por esos hechos y en su declaración, a preguntas de su abogada, el acusado ha negado que participara en los disturbios ya que justo llegaba al Casco Viejo hacia las 17:30 horas cuando fue abordado y arrestado por la Ertzaintza. El joven ha indicado que forcejeó con los agentes y que éstos le golpearon reiteradamente y en varias partes de su cuerpo, hasta causarle hematomas que figuran en un parte médico.

Sobre su situación económica para hacer frente a la multa que se impone, ha expuesto que tiene una nómina de 600 euros por un trabajo eventual y a tiempo parcial.

La acusación del fiscal se sostiene sobre la declaración de dos de los ertzainas que acudieron aquella tarde a la plaza de Unamuno donde casi un centenar de personas estaban causando destrozos. Según han dicho, al llegar observaron al acusado, encapuchado y con la cara parcialmente tapada, que arrojaba objetos contra los vehículos policiales.

A continuación, el joven se retiró la prenda que le tapaba la cara y "trató de huir del lugar disimulando" por lo que uno de los agentes le interceptó pero el acusado "se resistió de manera activa a la detención" y otro agente logró finalmente inmovilizarle contra el suelo y arrestarle. Han explicado que, intentando zafarse de los policías, propinó patadas y empujones pero, según han matizado, "no pegó golpes o puñetazos".

En el registro de sus bolsillos al llegar a la comisaría de la Ertzaintza, los agentes descubrieron que llevaba unos guantes negros, una bengala y cuatro tuercas de camión de unos 100 gramos que llevaba adosadas petardos de unos 10 centímetros para aumentar su peligrosidad, como los que ese día se encontraron en varios establecimientos atacados por los alborotadores.

La Fiscalía ha interesado para el acusado una condena de dos años de prisión al considerarle responsable de los delitos de desórdenes públicos y de resistencia a los agentes, y de los daños causados en el mobiliario urbano, así como en comercios y entidades bancarias del Casco Viejo, algunas de las cuales, como Banco Santander, BBVA y Kutxabank se han personado en la causa para reclamar la reparación de esos desperfectos.

La letrada de la defensa ha asegurado que en el procedimiento no se ha practicado prueba suficiente para desvirtuar el derecho a la presunción de inocencia de su patrocinado, al tiempo que ha denunciado que las acusaciones no han delimitado la responsabilidad del acusado. "Sólo hay pruebas para situar en la plaza de Unamuno" al acusado, por lo que ha pedido a la jueza que no achaque al acusado todos los destrozos causados esa tarde y hasta la noche en el Casco Viejo sobre el principio de imputación recíproca que conlleva que los hechos realizados por cada coautor del delito son imputables al resto, de esta manera se considera a cada uno de los coautores como autor de la totalidad.

 
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