Azul celeste casi negro
La derrota del Sporting ante el Celta complica la permanencia de los rojiblancos, que seguirán en descenso

Alberto Morante (EFE)

Gijón
Desde el seno del Sporting se había proclamado durante toda la semana que el punto sumado (y tan celebrado) en el campo del colista sería bueno si el Celta caía en El Molinón. Podía ser una estrategia para consolarse por no haber ganado un partido clave, pero no daba impresión de que ese fuera el objetivo, a la vista de la forma de celebrar el 0-0 en el Ciudad de Valencia.
Pero el Sporting tampoco le ganó al Celta. Hizo lo que pudo, puso mejor intención que fútbol, y se quedó sin premio, con lo que podemos concluir que el punto ante el Levante fue malo y la derrota en casa peor. La situación no es dramática pero sí muy delicada. La segunda de las ocho finales que debía afrontar del Sporting tampoco se ganó. El equipo de Abelardo no aprovechó la ocasión de salir del descenso, de superar al Granada, de alejarse del Levante, de meter presión al Rayo y al Getafe y, sobre todo, de aferrarse a El Molinón para que las cuentas de la permanencia le salieran mejor.
- FICHA TÉCNICA
Lo peor es la duda de si el equipo da para mucho más de lo que ofreció ante el Celta. Quizás se echó de menos un punto más de 'apasionamiento' en el equipo, como el que mostró el Sporting ante el Atlético de Madrid. Cierto es que no se puede vivir con el corazón a mil revoluciones de forma permanente, pero tanta templanza, tanta tranquilidad, no siempre es una virtud.
El equipo tuvo sus momentos en el partido pero volvió a acusar una desesperante falta de mordiente, una incapacidad casi absoluta para marcar goles. Últimamente Carlos Castro es el único rojiblanco con puntería, pero no es titular y en partidos como el de este domingo cuando saltó al campo ya era demasiado tarde. Antes el Sporting había tenido tres ocasiones de gol, que Sanabria y Carmona desperdiciaron.
Más, no mucho más pero sí algo más, puso el Celta. Los vigueses acumulan calidad de mediocampo para arriba: Nolito, Orellana, Guideti o Iago Aspas son una pesadilla para los rivales. La defensa del Sporting rindió bien y frenó a algunos de ellos, aunque Orellana se convirtió en una pesadilla. El Sporting no fue capaz de frenarle en ningún momento al chileno, que incomprensiblemente recibía una y otra vez absolutamente libre de marca y dirigía el ataque celeste.
Un despiste y un gol
Con tanta calidad en las botas gallegas, el más mínimo despiste podía costarle caro al Sporting. Una vez más, Orellana recibió solo en la frontal del área. Abrió a su izquierda para Nolito, Pablo Pérez le concedió medio metro y el delantero sorprendió a Cuéllar con un disparo seco mediada la segunda parte.

Alberto Morante

Alberto Morante
Abelardo tiró de los cambios recurrentes: entraron al campo Halilovic, Carlos Castro y Ndi, aunque fue en vano. Al margen del debate sobre la suplencia de tres jugadores que se suponían claves para la permanencia, la realidad es que tampoco su entrada al césped sirvió para mucho. Al Sporting se le escapó otra ocasión para sumar. Las cuentas salen cada vez peor. Ahora el término 'final' se aplicará al partido contra la UD Las Palmas. Pero si se siguen perdiendo las finales, el Sporting estará sentenciado.

David González
Vinculado a SER Gijón desde 1998. Director de SER Deportivos Gijón y voz de los partidos del Sporting...




