De la rabia de Oyarzabal a la promesa de Granero
La plantilla de la Real Sociedad lamenta que "entrar en Europa sea practicamente imposible" y se centra en "generar ilusión acabando bien la Liga para tener buena base"
San Sebastián
La quinta victoria de la Real Sociedad contra el Barça en Anoeta en los últimos seis años deja muchos detalles curiosos que merece la pena ser contados. Explicados, incluso, por sus propios protagonistas, que atendieron a la Cadena SER en la zona mixta de Anoeta. Los detalles van desde la rabia sin contener del joven Mikel Oyarzabal cuando marcó el gol decisivo de la victoria hasta la promesa que pudo cumplir el 'Pirata' Esteban Granero.
Vamos por partes. Todo comenzó muy pronto, en el minuto cinco, con una golazo espectacular de Oyarzabal. El joven canterano de Eibar se volvía literalmente loco. "Como para no estar contento con la victoria, ni en mis mejores sueños me imaginaba marcando el gol de la victoria contra el Barça. Si me lo dicen a principios de temporada, ni me lo creo. Es un triunfo muy importante para nosotros", explica Oyarzabal, que literalmente se volvió loco al ver cómo la pelota entraba en la portería defendida por Bravo tras su remate de cabeza. "Vi que centraba Xabi (Prieto) y pensé que había que rematar como fuera ese balón, fui por intuició la pelota quedó un poco alta, pero cogió un efecto grande y entró en la portería, tuve mucha suerte. Estaba alucinado, estaba feliz, significa mucho, no sabia ni qué hacer tras el gol, lo he celebrado con mucha rabia, me he ido a la banda, he empezado a correr, gritaba, movia los brazos, y miraba para todos los lados. Luego ya los compañeros vinieron a abrazarme, fue muy emocionante", añadía después de protagonizar jugadas de mucho mérito y acabar, de tanto correr, literalmente sufriendo porque se le subían los gemelos. "Es que sabíamos que para ganar a un equipo tan grande como el Barça había que sufrir mucho, y cuando juegas todo el partido con este nivel de exigencia se te sube todo. Es normal, hemos acabado todos muy cansados, pero muy satisfechos", sentenciaba.
El triunfo de la Real contra el Barça comenzaba en Mikel Oyarzabal, y terminaba en Esteban Granero. El Pirata se convertía tres el encuentro en protagonista en las redes sociales por un polémico tuit que Arbeloa dedicaba a Piqué, y en el que citaba al jugador de Pozuelo. Eso llevaba a Granero a reconocer que tenía una promesa hecha antes del partido que sí pudo cumplir. "Hay que respetar a jugadores de la talla de Arbeloa, para mí es un referente y un ejemplo, como lo es Iniesta que es del Barcelona, pero han ganado tantas cosas que merecen nuestro respeto. Soy muy amigo de Arbeloa, heos hablado muchas veces es mi amigo y le tengo mucho aprecio. Hemos hablado muchas veces estas semanas y le había prometido off the récord que les iba a permitir estar más cerca de la Liga, y ahora hay campeonato por delante, le había prometido la victoria, y he cumplido", explicaba Granero, que eso sí, después tranquilizaba a la afición culé. "A ver, lo primero, por encima de todo, es un triunfo muy importante para nosotros, que nos da mucha moral y nos hace reconocer que podemos ganar a equipos grandes de esta Liga. No pienso mucho en si eso reactiva la Liga o no, está más atractiva y eso será mejor, pero sobre todo me alegro por ayudar a mi equipo, que es la Real. El presidente lo ha pasado mal en las últimas semana y le hemos dado otra alegría, y eso es importante. Y ya si encima sirve para ayudar al Madrid, mejor, porque el Barça ha sido desde pequeño mi gran rival. Pero cuidado, porque el Madrid también tendrá que venir por Anoeta y se lo pondremos igual de difícil que al Barça".
Y por si todo esto fuera poco, la victoria contra el Barça servía para resucitar del ostracismo a un jugador de la Real que lo fue todo en temporadas pasadas y estaba relegado a la nada en esta campaña. "Necesitaba que la gente me volviera a ver jugar, que yo respondiera, que hiciera un buen partido, sentirme bien, tener buenas sensaciones, y ayudar al equipo a ganar". Y todo eso pasó. "Sí, me sentí muy bien, salí como dije antes del partido, a por todas, sin dejarme nada en la reserva, para no echarlo en falta, y aunque acabé muy cansado, estoy muy contento, muy satisfecho, porque llevaba tiempo sin jugar y participar de un triunfo de estas características para mí es importante. Ayudé al equipo a ganar un partido importante y eso me deja contento".
La pena es que entre estas historia se cuela una amarga: la constatación de que esta Real estaba destinada, por presupuesto y jugadores, a pelear al final de Liga por objetivos más ambiciosos. Y ahora en tierra de nadie, está obligada a simplemente acabar con decoro la temporada, practicamente sin alicientes. Porque por abajo, con 41 puntos, el peligro ya está alejado y se puede decir que está salvado, aunque no sea matemático. Y por arriba, Europa le queda lejos, a siete puntos, aunque tenga ganado el golareage al Sevilla. "Es una pena que entrar en Europa sea practicamente imposible, a partir de ahora hay que centrarse en generar ilusión acabando bien la Liga para la próxima temporada tener buena base", dice De la Bella. Es la penitencia y el castigo que debe cumplir por su tremenda irregularidad.
Roberto Ramajo
Entro en el grupo en 2002 como redactor de prácticas. En 2005 se incorporó a la redacción en Gipuzkoa...