Numancia y Zaragoza firman tablas en un intenso ‘Derby del Moncayo’

Soria

El ‘Derby del Moncayo’ no defraudó. Con el estadio de Los Pajaritos casi lleno, con su mejor entrada en muchos años, y dos equipos en pos del triunfo, el empate a dos goles, si bien pudiera saber a poco para las ambiciones de ambos conjuntos, fue una demostración de intensidad, emoción y pelea. Tal vez demasiada. El Numancia falló dos veces y lo aprovechó el Real Zaragoza en los primeros 20 minutos, pero el gol de Julio Álvarez y la polémica expulsión de Dorca dieron alas a los rojillos, que incluso acariciaron el triunfo.

El Zaragoza, con el ascenso entre ceja y ceja, salió al césped con una tremenda intensidad, espoleado por los cerca de 6.000 aficionados maños en las gradas. Pronto tuvo la primera ocasión Ángel, pero su remate bombeado se marchó alto. Respondió Íñigo Pérez con un zurdazo desde la frontal que desvió un defensa a córner. El primer cuarto de hora era de claro color blanquillo, con dominio en el centro del campo, defensa férrea y balones buscando bien a los extremos Hinestroza y Lanzarote o al ‘9’ Ángel. Pocas opciones de juego dejaban los visitantes a los rojillos, que intentaban sacudirse la presión aragonesa. Julio Álvarez probó fortuna con un lanzamiento de falta ajustado a la base del poste izquierdo, pero Manu Herrera atrapó muy atento el esférico. Cuando más se igualaba el partido, Luis Valcarce se dejó arrebatar el balón en el área por el central Rubén, que en posición de extremo derecho desde la línea de fondo sirvió el balón para que Ángel empujara a las mallas. Casi sin tiempo para reaccionar, dos minutos después, otro fallo de Luis Valcarce propiciaba el 0-2. El despeje corto del lateral zurdo numantino en la frontal del área no lo desaprovechó Lanzarote para con una volea marcar por encima de Munir. Aún tuvo otra ocasión ángel, pero Munir logró rechazar el remate con el pie. Cuando parecía que el partido ya no tendría historia, con casi una hora por delante, apareció Julio Álvarez para hacer el 1-2, con un lanzamiento de falta que desvió la barrera. A 7 minutos del descanso el Zaragoza se quedó con diez hombres por a expulsión de Dorca, por doble amarilla, cuanto menos dudosa. Con uno más, el Numancia se creció y rozó el empate, en un córner al que llegó Callens en el segundo palo y cuyo remate atrapó sobre la línea Herrera.

La segunda mitad arrancó más igualada, con el Numancia más entonado en superioridad numérica. Viendo que el cuadro local robaba protagonismo en la medular, Carreras quitó un extremo (Hinestroza) para meter a un mediocentro (Culio), mientras el Numancia seguía creyendo en la remontada, buscando el segundo tanto sin fortuna, combinando y forzando saques de esquina. Tras varios minutos de pelea, la primera ocasión clara fue para Lanzarote, tras un error de Callens, pero el extremo se escoró y se quedó sin ángulo para rematar a gol. Arrasate tiró de valentía y metió a Aquino (delantero) por Regalón (central) en un órdago ofensivo a por la remontada (antes, Dongou sustituyó al lesionado Ángel en la delantera blanquilla). Y precisamente el delantero murciano apareció para realizar un remate espectacular de cabeza con una no menos espectacular intervención de Herrera para evitar el tanto. Con muchas interrupciones, faltas y sin ritmo, el partido perdió fútbol, pero seguía con esa tensión e incertidumbre con ambos equipos con opciones de mover el tanteador, sobre todo el Numancia: Vicente no acertó en un pase al hueco de Mateu dentro del área y Vicente tampoco acertó a cabecear un centro de Vicente. Tras mucho marear la perdiz, al final Íñigo Pérez se atrevió a disparar desde la frontal, Herrera no acertó a despejar y la pelota acabó dentro de la portería. Con el empate y en una recta final de locos, Dongou tuvo una ocasión, pero su remate flojo lo atrapó Munir, igual que el de Culio poco después. Íñigo Pérez volvió a probar fortuna, pero su zurdazo se marchó desviado. Diamanka también lo intento desde la frontal, pero Munir desvió a córner. Y Dalmau tuvo la última, pero no acertó a golpear bien el esférico dentro del área. Al final, reparto de puntos en un ‘Derby del Moncayo’ de poder a poder y una parte para cada equipo y con un gran enfado del Zaragoza con el colegiado.