‘XX Aniversario del Banco de Alimentos’

Algeciras

Yo no sería capaz de ser político. No podría con ese cargo de pensar que está en mi mano acabar con tanta miseria y seguir en mi despacho mirando para otro lado y arreglando las constelaciones con mis grandes gestiones.Simplemente, no podría.

No podría escuchar impasiblemente que seis millones de personas están en paro y que tres millones ya han atravesado el umbral de la pobreza, no podría pensar que cientos de miles de niños pasan hambre y que España, Andalucía, Cádiz y nuestro Campo de Gibraltar cada día se parecen más a esos países del centro y el sur de América en los que conviven en la calle las limusinas de lujo y las gentes pidiendo.

Yo no podría ser político y mirar para otro lado mientras peleamos para

repartirnos la tarta, no podría moverme con mi coche oficial y pensar que

tengo la responsabilidad de acabar con esta miseria.

No podría ser político y dar limosna a colectivos para que repartan más

limosnas entre los necesitados. Dar de comer al hambriento es una

urgencia, pero no podría practicar la caridad desde un despacho de madera noble mientras los vecinos de los barrios socorren a otros vecinos para que no se vayan a la cama sin comer.

Hoy se cumple el Veinte Aniversario del Banco de Alimentos del Campo

de Gibraltar, veinte años de hombres y mujeres entregando su tiempo, sus manos, su cariño y su trabajo para ayudar a esas criaturas que no tienen, a esa población invisible que nadie quiere ver.

Yo no podría ser político y aplaudir a personas como Pepe Cabello, cabeza visible de un grupo de buenas gentes, y después seguir en mi rutina de palacio. Simplemente, no podría mientras en mi cabeza rondara la imagen de un niño yéndose a la cama con el estómago vacío. No podría, os lo juro, ser corresponsable de este holocausto de injusticias y dormir con la conciencia tranquila.