Un año de las corporaciones locales
Santiago de Compostela
Un año de corporaciones locales, 12 meses de gestión y, sobre todo, de mucho dialógo, porque ha sido necesaria mucha mano izquierda para gobernar en las ciudades gallegas. Excepto en Vigo donde la supermayoría de Abel Caballero le permite poner en marcha su programa sin encomendarse a nadie, el resto ha tenido que dedicar horas a la negociación.
Un año despues pese a los malos augurios, pese a las dificultades nada se ha roto. Ni el gobierno de Ferrol, según algunos medios en crisis permanente, ni el de Ourense pese a las amenazas de moción de censura.
Santiago, cuando la normalidad se convierte en noticia
Tras una legislatura en la que el PP llegó a tener tres alcaldes, y plagada de escándalos judiciales, el gobierno de Compostela Aberta llegó con la intención de restaurar la normalidad. Desde el principio, con gestos como la ausencia del alcalde en la Ofrenda al Apóstol, han querido marcar distancias respecto a los ejecutivos anteriores.
Cuestionados en ocasiones por su falta de experiencia, en aspectos como la gestión de los comedores escolares, o las fochancas. El gobierno de Martiño Noriega ha conseguido sacar adelante el presupuesto para este año a pesar de su minoría en el concello. Noriega tiene que lidiar a diario no sólo con las críticas del PP, sino también de PSOE y BNG.
En política social, se ha mejorado el programa de atención a los colectivos más desfavorecidos. Y en materia de infraestructuras, se han sentado las bases para impulsar la nueva estación intermodal.
En A Coruña, el difícil equilibrio para no defraudar a su electorado
Al igual que en Santiago, la Marea Atlántica no cuenta con mayoría absoluta, algo que dificulta el impulso de su programa de gobierno. El alcalde, Xulio Ferreiro, ha sacado adelante los presupuestos municipales tras una larga negociación con el PSdeG.
Al final, las cuentas no son las que le gustarían, pero sí han permitido anunciar ya una renta social, inexistente en el ayuntamiento coruñés.
Otro de los objetivos de Xulio Ferreiro pasa por la municipalización de servicios. El último avance en esa dirección, la remunicipalización del servicio de bibliotecas de la ciudad, hasta ahora estaba en manos de Eulen.
En Ferrol, un año de tensiones en el seno del bipartito
Con el BNG apoyando desde fuera, Ferrol en Común y PSOE han pactado un gobierno con serias dificultades para gestionar el día a día. Las tensiones entre los socios de gobierno son evidentes, y no se molestan el ocultar las discrepancias, hasta tal punto que la coalición ha estado en peligro en varias ocasiones.
El alcalde Jorge Suárez lanzó varias advertencias a la teniente de alcalde, Beatriz Sestayo. En todo caso, la política social en una ciudad muy castigada por el paro ha sido la prioridad en este primer año de gobierno.
Abel Caballero, la referencia socialista en Vigo
Con su aplastante mayoría absoluta, Caballero mantiene su política basada en un gobierno que vive y mucho de su figura. Ha conseguido identificar a la ciudad con su proyecto, y desde su bastión, se ha convertido en la auténtica bestia de las Mareas.
Pontevedra, dónde el BNG vive de su gestión
Allí el alcalde, Miguel Anxo Fernández Lores, es una referencia, y sus políticas han conseguido convencer una vez más a los ciudadanos. Es la única ciudad gobernada por el BNG, y resiste con criticas al PP en cuestiones como la prórroga a Ence.
En Ourense, la única ciudad en manos del PP
Y en la que Jesús Vázquez verdaderos equilibrios para gobernar en minoría. Ha llegado a afrontar una cuestión de confianza, y los plenos son realmente tensos. La irrupción de la Democracia Ourensana de Pérez Jácome ocupando parte del espacio del PSOE hace, en ocasiones, irrespirable la situación en Ourense.
Y en Lugo, el PSdeG aprovecha el legado de Orozco
La socialista Lara Méndez, la única mujer al frente del gobierno en una de las siete grandes ciudades, gobierna en minoría. Ha conseguido sacar adelante los presupuestos, y trata de imprimir un nuevo enfoque al ejecutivo lucense tras 16 años de Orozco en la alcaldía.