A dos bandas

Zaragoza

El desastre de Palamós con el Llagostera fue el peor desenlace posible de la temporada noqueando a todo el zaragocismo, incluidos los rectores de la entidad que no contemplaban otro escenario que luchar por el regreso a primera división vía playoff.

En 90 minutos los futbolistas tiraron por la borda el trabajo y la ilusión de todo el curso. Apenas 48 horas después el presidente del club Christian Lapetra tomó la palabra para pedir ayuda ante la grave situación económica de la entidad que debe afrontar una serie de pagos que deja contra las cuerdas a la sociedad y en consecuencia al proyecto deportivo.

Los patronos estudian formulas para crear un nuevo escenario económico, negociando con los acreedores concursales una nuevo calendario de pagos y tratando de aplazar el convenio singular alcanzado con la Agencia Tributaria en enero de 2015.

El club debería abonar casi dos millones de euros a 1 de julio al activarse los pagos tras el proceso concursal y algo menos de cuatro con Hacienda.

Los propietarios no contemplan realizar otro desembolso similar a cuando se hicieron con el accionariado de la entidad y la negociación y el buscar nuevo capital es imprescindible para continuar con el proyecto.

La economía de guerra también marcará el diseño de la próxima plantilla. Narcís Juliá deberá encajar todas las piezas con menos de cinco millones de euros.

Cerca de 30 movimientos, si no son más, tendrá que realizar el director deportivo entre dar salidas a jugadores y en incorporar a los nuevos, aunque la primera pieza del próximo puzzle pasa por fichar a un entrenador de garantías para empezar a tomar decisiones sobre la plantilla para la temporada 2016/2017, que mas allá de la situación económica, deberá pelear por el regreso a la máxima categoría donde se encuentra la viabilidad del Real Zaragoza.