Ocio y cultura

Iñigo Royo busca soluciones a la risa tonta y al barullo en el Artium

El museo vitoriano expone "El hombre que ríe", la propuesta del artista guipuzkoano compuesta por once instalaciones con vídeos, fotografías y piezas sonoras que buscan divertir al espectador

ARTIUM

Vitoria

El artista guipuzcoano Iñigo Royo busca soluciones "a la risa tonta y al barullo" con una exposición en el museo Artium de Vitoria en la que observa con una mirada irónica y escéptica la realidad cotidiana.

La muestra, que lleva por título "El hombre que ríe", está compuesta por once instalaciones con vídeos, fotografías y piezas sonoras que buscan divertir al espectador sin que por ello el arte pierda profundidad.

Royo, que ha presentado la obra esta mañana junto al director del Centro-Museo Vasco de Arte Contemporáneo, Daniel Castillejo, y la diputada foral de Cultura de Álava, Igone Martínez de Luna, ha asegurado que no se considera un artista, sino más bien "un tipo que trata de mirar las cosas" y cuando siente la necesidad de expresar lo que le rodea, lo hace.

La exposición, que se podrá visitar en el Artium hasta el 16 de octubre, comienza con el título "Advertencia", una acción sobre la fachada principal del museo en la que un rótulo de grandes dimensiones previene al visitante con el siguiente texto: "Aquí no caben ni fantasías ni ocurrencias".

Una vez dentro de la muestra, uno de los trabajos que se pueden ver es el que da título a la exposición y en el que el autor se multiplica en 11 monitores en los que no deja de sonreír.

Las imágenes han sido tomadas con una cámara de fotos a la que Royo activó el dispositivo de sonrisas para que ella sola disparara las instantáneas, lo que le supuso dos horas de risa obligada, hasta que se acabaron las baterías.

El autor considera que esta última tecnología de las cámaras actuales es "una metáfora de la sociedad contemporánea" y la compara con "la máscara social imperante que obliga a reír", sólo que "la automatización electrónica no termina de discernir entre la risa y la mueca forzada".

La exposición está diseñada con un doble juego de intenciones que pivota sobre esta idea y que persigue servir de espacio de reflexión siempre que el visitante recorra la muestra con "una mirada un poco atenta".

El título de la exposición ha sido tomado de una novela de Víctor Hugo en la que al protagonista le queda una mueca de sonrisa eterna en la cara tras haber sido desfigurado quirúrgicamente en su infancia.

La imagen y la palabra se dan la mano a lo largo de toda la exposición, en la son citados referentes de la literatura como El Quijote, Valle Inclán, Beckett y George Perec.

El cine, una de las grandes pasiones de Royo, también se abre paso en este trabajo del artista guipuzcoano, en el que la figura de Buñuel parece haber teñido el contenido del mismo.

El director del Centro-Museo Vasco de Arte Contemporáneo ha destacado la inteligencia del autor, a quien ha dicho que le resulta difícil clasificar dentro del arte, porque sobresale en muchas disciplinas.

 
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