Eddie Chapman, el agente Zigzag
La guerra secreta de los espías de Hitler
Alcobendas
Se libró lejos de las trincheras, en oficinas de embajadas de países neutrales, en pisos francos de zonas ocupadas, en los angostos túneles que horadaban las viejas ciudades de Europa. Una lucha clandestina de radioescuchas y códigos secretos, de máquinas de encriptado y cámaras en miniatura, sabotajes y fugas espectaculares, de valijas diplomáticas y cartas escritas con tinta invisible; de cadáveres que ganaron batallas y ejércitos de cartón piedra.
Misterios de la historia: Eddie Chapman, el agente Zigzag
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“Espías de Hitler”, que acaba de ser editado por Ediciones Luciérnaga (Grupo Planeta), es el nuevo libro de nuestro colaborador Óscar Herradón. Un recorrido por los entresijos de los servicios de Inteligencia aliados y nazis, de las operaciones secretas que tanto unos como otros llevaron a cabo antes y durante la Segunda Guerra Mundial y que decidieron finalmente su desenlace. Narra una lucha clandestina de conspiraciones y magnicidios, de atentados y golpes de Estado; un enfrentamiento a vida o muerte por la victoria.
Hoy, en nuestra sección de Misterios de la Historia, hablamos de uno de los episodios recogidos en este trabajo, la sorprendente epopeya de Eddie Chapman, que acabaría siendo bautizado por los servicios secretos británicos como “el agente ZizZag”, dada su facilidad para sortear el peligro en todo tipo de circunstancias. Este inglés nacido en una familia de clase humilde, con un padre alcohólico e inestabilidad financiera, se dedicó desde muy joven a delinquir. Cuando los vientos de guerra soplaban cada vez con más fuerza en Europa, Chapman formaba parte de la conocida como la “banda de la Gelignita”, un eficiente grupo de delincuentes que reventaban las cajas fuertes de algunos de los lugares más célebres de Londres y que se habían convertido en una amenaza para la sociedad inglesa –o al menos así los vendía la prensa–. Tras ser detenido en la isla de Ellis, que sería tomada por los alemanes tras el estallido de la guerra, se las ingenió para convertirse en espía del Tercer Reich, siendo trasladado a adjf y pasando a las órdenes del oficial de la Abwehr –el Servicio de Inteligencia del Ejército controlado por el almirante Canaris–, siendo entrenado por sus hombres en manejo de armas de fuego, explosivos y salto en paracaídas.
No se sabe muy bien en que momento, Eddie Chapman, que había sido enviado a Londres en una misión de sabotaje, pasó a convertirse en agente doble, pasando a trabajar para sus compatriotas, engañando a sus jefes alemanes. En su estancia en la capital inglesa, su camino se cruzó con el de otro apasionante personaje del que ya hemos hablado, Jasper Maskelyne, conocido como “el mago de la Guerra”.
A partir del momento en que empieza a trabajar para el MI5, con el nombre en clave de “ZigZag”, Chapman iniciaría una frenética lucha entre bambalinas para vencer a los esbirros de la esvástica, poniendo en peligro su vida en más de una ocasión, y realizando misiones en diferentes puntos del Viejo Continente, incluida la invadida Noruega.
Gracias a sus labores de espionaje, los aliados pudieron conocer de primera mano algunas informaciones vitales para la conducción de la guerra y el desmantelamiento de la seguridad de la Abwehr. Su historia sería llevada a la gran pantalla bajo el título de “Triple Cross” en los años 60, de la mano del director –y quien fuera agente de Inteligencia durante la contienda– Terence Young, personal de Chapman, aunque la historia completa del espía inglés no sería dada a conocer hasta tiempos recientes, en virtud del Acta de Secretos Oficiales que hubieron de firmar todos aquellos que sirvieron en labores clandestinas durante la lucha contra Hitler.
Hoy, recordamos aquel episodio clave de la guerra secreta.