¿Cuál es tu recuerdo del Mar Menor?

Murcia

Mar Menor

¿Quién de todos ustedes no tiene un mínimo recuerdo relacionado con nuestro querido Mar Menor? El Mar Menor es la Mar Chica de nuestra infancia. Donde probablemente aprendimos a nadar, soltándonos de las manos de nuestra madre, que no nos quitaba sus ojos de encima.

¿Se imaginan que este maravilloso y mínimo trozo de mar perteneciera a los italianos, ellos que han sabido convertir la modesta y sencilla pizza en el plato más famoso y popular en todo el mundo? No lo duden: habría, como en la Capilla Sixtina o en el Palacio de los Ufizzi, colas quilométricas para visitarlo.

El Mar Menor es la magdalena proustiana de todos los murcianos. Cerramos los ojos, soñamos por unos instantes, y nos viene a la memoria ese olor tan especial que desprenden sus aguas, ricas en yodo, tan repletas de esa sal que hace diferente el sabor de sus pescados.

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Sólo hace falta presumir de un poco de imaginación para, desde la orilla de sus playas de La Manga, Los Urrutias, Los Alcázares, La Ribera o Lo Pagán, ver surcar de nuevo, sobre su superficie de plata, naves fenicias, cartaginesas o romanas que acudían en busca del tesoro de sus aguas cálidas y cristalinas.

El Mar Menor. Ese mismo Mar Menor que, según se ha anunciado estos días, está en trance de desaparición por la desidia del mayor depredador del Planeta: el ser humano. Y también, porque hay que decirlo todo, por la demostrada incompetencia y dejadez de nuestros políticos.

El ilustre unionense, ya desaparecido, Asensio Sáez, en su Libro de las cuatro estaciones, dejó escritas estas inspiradas y hermosas líneas de las que deberían tomar nota quienes tratan de llevarse por delante, de manera tan vergonzosa, a nuestra paciente e indefensa gallina de los huevos de oro:

“El Mar Menor es el pequeño y descuidado brochazo azul con que, el tercer día del Génesis, Dios limpió su pincel, cansado de hacer mares”.

Pepe Belmonte