Crece el riesgo de pobreza de los jóvenes aragoneses

Zaragoza

Crece el riesgo de exclusión social y aumenta la pobreza entre los jóvenes aragoneses. El último estudio sobre la juventud en Aragón de Comisiones Obreras - presentado este miércoles - alerta sobre la precariedad laboral, los empleos parciales y los bajos salarios; un cóctel cuyas consecuencias son claras: la emigración y el peligro que corre el mantenimiento del Estado de Bienestar.

Es entre los menores de 25 años donde se encuentra esa mayor tasa de pobreza, del 26 %, teniendo en cuenta su renta, que es inferior al 60 por ciento de la renta media. David Gazo, uno de los responsables del Espacio Joven de este sindicato, remarca que ese riesgo "es una cifra objetiva pero también habría que tener en consideración a más gente" porque "la precarización de los trabajos y la temporalidad hace que, por ejemplo, hoy puedas estar fuera de este ámbito pero que dentro de un mes o dos meses puedas estar sin empleo ni tampoco tengas expectativas".  

La incorporación al mercado de trabajo cada vez es más tardía y en trabajos menos cualificados (aspectos que se han profundizado con la crisis), los salarios han disminuido un 2 por ciento respecto al año anterior y más de la mitad de los contratos son temporales. Irene Cuartero, otra de sus responsables, sostiene que la "tasa de temporalidad es altísima, con un 56%", con contratos de "un mes, dos meses e, incluso, de días". Además, "la media de los salarios de los jóvenes está en torno a los 10.700 euros anuales" si bien "la media de los salarios está en 18.000 euros".

Precisamente, por esa inseguridad laboral y económica, los jóvenes tienden a quedarse más en casa de sus progenitores antes de iniciar una vida por su cuenta. Así, la tasa de emancipación para los jóvenes de entre 16 y 29 años se sitúa en Aragón en el 23 % en el segundo semestre de 2015, disminuyendo un 8,5 % respecto a la registrada hace un año. 

Está conduciendo a una tasa de fecundidad cada vez más baja que va a derivar en cambios estructurales en el sistema público de pensiones actual y quedando en riesgo las del futuro, a lo que se añade el alto nivel de envejecimiento que sufre Aragón.