Rosa Valdeón no tenía más salida que la que ha tomado

Castilla y León

Rosa Valdeón no tenía más salida que la que ha tomado. Otra cosa en ella no se hubiera entendido. Su discurso crítico con distintos comportamientos similares en otros políticos no la han otorgado margen para ninguna pirueta, de esas a las que estamos tan acostumbrados.

La justicia será quien diga si es merecedora de castigo, algo de lo que difícilmente se librará tras escuchar sus explicaciones, pero desde un punto de vista estrictamente político, su dimisión ha de ser un gesto bien valorado.

Su llegada a la vicepresidencia fue observada como un signo de renovación en un ejecutivo que terminó la anterior legislatura con la lengua fuera y con varios consejeros chamuscados. Otra cosa es lo que el paso de los meses nos ha ido mostrando. Valdeón, a la que ahora se valorará especialmente tras un gesto que va en sintonía con lo que dice, fíjense que heroicidad, fue rápidamente desprovista de facto de algunas de las atribuciones que la encomendaron como portavoz y vicepresidenta. Su partido en Zamora la ha sometido a un vacío clamoroso. ¿Quién sabe si estas son algunas de las razones del estrés y malestar del que habló en su comparecencia?

Ha cometido un error y paga por ello, poco más que decir, salvo que la política está necesitada de actos consecuentes como el de Valdeón. Por cierto, es raro pero todos los partidos lamenten que haya tenido que pasarla a ella precisamente