La política entra hasta la cocina

Bilbao

Que si el pleno constituyente será el viernes 21, que si EH Bildu se acredita hoy...

Basta alejarse de Euskadi un día, como el miércoles que estuvimos en el Parlamento europeo, para ver que vivimos en una burbuja, obsesionados por la retransmisión simultánea de procesos que poca influencia tienen en nuestra vida, obviando que la política se ocupa también de nuestros problemas cotidianos.

Un ejemplo: Euskadi es un gran consumidor de kokotxas. No pescamos merluzas suficientes para la demanda. Así que hay vascos que se ganan la vida importándolas de Argentina. Un día las autoridades europeas obligaron a que todo pescado importado debía venir con certificado de captura. Temblaron los importadores. Conseguir los certificados iba a ser administrativamente complejo y muy caro. Una pregunta de la europarlamentaria Izaskun Bilbao a la comisaría europea de pesca bastó: se incluyó a las kokotxas en la lista de excepciones. Podíamos seguir comiendolas sin problemas.

Lo cuento para completar el cuadro depresivo de la Gürtel o el habitual minuto y resultado. La política también es esto. Ser útil a los ciudadanos en vez de utilizarles a ellos.