La Reconquista

Córdoba

La Filmoteca de Andalucía proyecta La reconquista, de Jonás Trueba, que acude a Córdoba a presentarla, como ha venido haciendo con sus películas anteriores. Su estreno tuvo lugar en el pasado Festival de San Sebastián, donde formó parte de la sección oficial de una edición marcada por producciones de conflictos violentos. Sin embargo, la cinta de Trueba resultó un oasis entre las duras temáticas circundantes.

El punto de partida de La reconquista es el reencuentro durante una tarde-noche madrileña, de Manuela y Olmo que compartieron su primer amor siendo adolescentes. A lo largo de la velada, les acompañamos mientras se van reconociendo, conversan, recuerdan, pasean, beben Fernet -como la Cabiria de Fellini- o bailan swing. La segunda parte de la película recoge el regreso a casa de Olmo y una tercera, a modo de delirio o sueño, nos traslada a la adolescencia de los personajes.

Jonás Trueba, con sus cuatro largometrajes, ha logrado ir creando un universo cinematográfico muy personal donde se advierte su sólida formación fílmica cuyos ecos puede percibir el espectador cómplice, que detecta en las imágenes de La reconquista las huellas de otros realizadores, como la atmósfera “rohmeriana”, las resonancias de Mes petites amoureuses, de Jean Eustache o el guiño a los juegos cinematográficos del Ahora sí, antes no, de Hong Sangsoo (reforzado con la inclusión del tema Simulacro, de Rafael Berrio).

Como en sus trabajos anteriores, La reconquista presenta ese completo diálogo entre las artes que solo puede proporcionarnos el cine. Por eso encontramos también referencias literarias que enriquecen e intensifican la narración, como la cita del poemario Confiado de Juan Antonio González Iglesias que abre la película o la presencia de las novelas La montaña mágica, de Thomas Mann, y Crímenes imaginarios, de Patricia Highsmith o el ensayo La esquizofrenia incipiente, de Klaus Conrad.

En el equipo técnico, vuelve a contar con sus habituales Santiago Racaj, para la fotografía y Miguel Ángel Rebollo, para la dirección artística. En el artístico, repiten Aura Garrido y Francesco Carril, y se incorporan Itsaso Arana, Candela Recio y Pablo Hoyos.

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Especial relevancia cobra la música, donde destaca especialmente la presencia de las canciones de Rafael Berrio, cuyas letras completan el guion. Suenan Somos siempre principiantes, Simulacro, Quién lo impide o Arcadia en flor, pieza compuesta para La reconquista.

Y todo ello envuelto de una gran frescura y una levedad, como la del globo rojo que flota en un grabado que aparece en el filme. Un filme a modo de esbozo, que acaba de completarse cuando el espectador toma todos los elementos y les otorga su sentido final.

Una película acerca del paso del tiempo, de la idea del amor, de las palabras y sus resonancias en el futuro, y acerca del autoconocimiento, aunque como dice la letra del tema Somos siempre principiantes, “nadie sabe nada de su propio amor”.