De bofetada en bofetada

Valencia

El efecto Prandelli, del que muchos hablaron tras los partidos contra Sporting y Barça, se va esfumando poco a poco. Yo realmente no vi ese supuesto efecto en ningún momento y, de hecho, esperaba ver las prestaciones del equipo en las dos salidas consecutivas a Galicia para tomar unas conclusiones más justificadas. Aquí es que nos agarramos a cualquier cosa con tal de cambiar las sensaciones negativas y tornarlas en positivas, y con una victoria en Gijón y una inmerecida derrota ante el Barça ya había gente que veía en Prandelli el paradigma del fútbol total. Y no.

Para tener una opinión formada hay que tener unos cuantos argumentos al respecto que te afiancen esa opinión. Y con dos partidos no los había todavía. Quizá con cuatro tampoco sean aún suficientes, pero algo más sobre lo que emitir un juicio sí que hay. Y lo cierto es que ese doble desplazamiento gallego no nos ha dejado demasiadas cosas positivas. Más bien todo lo contrario. Un punto de seis es el balance concreto. Y dudas por todas partes es mi balance abstracto.  

Ocasiones se siguen generando, es verdad. Pero es que con Ayestarán también se generaban muchas. El problema es que no se convierten. Y si tuviéramos un delantero de garantías, aún podríamos decir que no pasa nada, que lo importante es crear las ocasiones porque tarde o temprano terminarán entrando; pero el problema es que no tenemos ese delantero de garantías. No tenemos delantero. Así que por muchas llegadas que tengamos, vamos a seguir viendo como la mayor parte de ellas se van al limbo.

Y aquí es donde debemos desviar el dedo acusador de los jugadores y en entrenador al encargado de confeccionar esta plantilla sin delantero. El año pasado había dos, que podían ser mejores o peores, pero los había. Este verano se han ido los dos y el iluminado del director deportivo no ha sido capaz de traer a ninguno por ellos. Asterisco. Y si no es por Mendes el último día del mercado de fichajes, tampoco habría sido capaz de traer dos centrales de nivel para cubrir las carencias en el centro de la defensa. Lo dicho, un iluminado a la par que fenómeno.

Y cierro con esto de la defensa este ligero análisis. Lo mejor de Prandelli para mí es que ha dotado al equipo de una buena organización defensiva. Durante la primera parte el Celta no generó ninguna ocasión de peligro hasta la jugada del gol de Roncaglia, que se sacó un golazo prácticamente de la nada, aunque dejarle moverse a su antojo dentro del área hasta el remate es bastante criticable. Pero en líneas generales el Valencia estuvo serio en defensa... hasta el segundo gol, que vuelve a ser un calco de los ocho anteriores que el equipo ha encajado en casi todos los partidos anteriores: un centro lateral desde la derecha rematado de cabeza en el interior del área. Livaja, Boateng, Aduriz, Toquero, Szymanowski, Carlos Castro, Rakitic - Luis Suárez y Emre Çolak ya lo habían hecho de forma idéntica antes que Guidetti. Y seguimos para bingo.