Las coplas que salvaron los astilleros

Cádiz

No se pueden contar las veces que el grito 'Astilleros, no se cierra' ha sonado en el Teatro Falla de Cádiz. Lo han cantado las agrupaciones encima del escenario. Y lo ha vociferado el público. Y ese grito ha resonado en tangos, pasodobles, cuplés, popurrís y parodias. La historia del sector naval gaditano se pondría contar con coplas de carnaval. Así lo dejó escrito en una página en Internet el histórico dirigente sindical y exconcejal Jesús Gargallo. También fue motivo de un estudio dentro de la tesis de la socióloga Sofía Pérez de Guzmán. "La clave del éxito de la lucha de astilleros fue el apoyo de la gente y los sindicatos sabían de la importancia del carnaval", resume.

"La historia de astilleros, con sus penas y alegrías, se puede seguir perfectamente a través de las coplas de carnaval. Ésta es la mejor prueba de la simbiosis que existe entre el astillero y el pueblo gaditano". Lo escribió Jesús Gargallo antes de repasar en el blog que dejó en herencia algunas de las letras referidas a los astilleros.

La letra más antigua encontrada por Gargallo fue del coro Los moros babucheros, que en 1893 ya denunciaba las precarias condiciones laborales del entonces recién nacido astillero de Cádiz. Cuatro año después el coro Los Abanicos pidió que el astillero continuara una vez que se botó el buque Carlos V, con letra también de Antonio Rodríguez Martínez. 

Así siguieron muchos más:  Los voladores de 1898, Los espejos de 1904, Propietarios cubanos o Los Brujos de 1906, que contaron en sus letras los años del cierre del astillero mientras sus autores pedían su reapertura. El astillero terminó abriendo, entre copla y copla, en 1917 gracias a Echevarrieta, pero no evitó numerosas letras críticas porque la crisis de los años 20 hizo de la factoría fuente continua de problemas.

Todo esto lo ha estudiado la profesora de Sociología de la Universidad de Cádiz, Sofía Pérez de Guzmán, quien en su tesis sobre la lucha sindical de los astilleros dedicó un apartado a la relación entre el carnaval y las coplas. Un auténtico repaso a la evolución naval gaditana con aquellas letras.

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Las cosas empezaron a cambiar un poco tras 1947, el año de la explosión de Cádiz, que destruyó los astilleros y dejó sin trabajo a 2.000 personas. Paradójicamente de aquellas ruinas resurgió una factoría nueva, bajo una empresa pública. El carnaval, a modo de compensación por la tragedia, también renacía como fiestas típicas. Eso sí, las letras, en su mayoría, fueron benévolas con una empresa que dependía directamente del régimen franquista. De aquellos años destaca esta copla de Los Fígaros, una de las primeras agrupaciones de Paco Alba.

Paco Alba es quizás el mayor ejemplo, pero no el único, del fuerte vinculo de un trabajador de astilleros con el carnaval. Operarios, sindicalistas, familias... Algunas, de hecho, montaron sus propias agrupaciones. por ejemplo, Los fundadores de Gadir, conocido como Coro Astilleros, formado en su mayoría por trabajadores navales. Hasta los trabajadores tuvieron su propia carroza en la cabalgata o sus agrupaciones infantiles

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Las coplas de carnaval estuvieron siempre pegadas a la actualidad de astilleros, como homenaje a esos sueños de trabajar en la factoría. Así lo escribió Pedro Romero en 1979 con Navegantes gaditanos.

Los astilleros siempre fueron motivo de orgullo, de gaditanía. Lo cantó así el coro de Eduardo Bablé, Rafael Pastrana y Kiko Zamora, Der Cuarto reich en 1991.

La imagen idílica y nostálgica de la idiosincrasia gaditana que representaban los astilleros se simbolizó en su sirena. De forma entrañable, la chirigota del Yuyu Los Bordes del Area aludía a esa llamada a los trabajadores en este pasodoble que tuvo a Disney como inspiración.

Una sirena a la que se refería también, más recientemente, el pasodoble mítico de Los Millonarios de Juan Carlos Aragón en este bello retrato de la tacita de plata.

El carnaval le cantó a esa vinculación gaditana de los astilleros y también, por tanto, estuvieron en sus peores momentos: las manifestaciones, los cortes del puente, los actos vandálicos. En 1996 la comparsa de Pepe Mata se llamó directamente así: Astilleros.

Y el grito de 'Astilleros no se cierra' se repitió más veces, para apoyar a los trabajadores frente a los que criticaban las duras movilizaciones. Lo cantó la comparsa comandada por el Libi, Paco baja aunque sea en pijama, en 2004.

Y un año más tarde lo volvió a cantar la comparsa de Joaquín Quiñones, La Atlántida.

La profesora Sofía Pérez de Guzmán concluyó en su estudio sobre la lucha sindical que el éxito de las movilizaciones de astilleros se debió, en gran parte, a que los sindicatos consiguieron ganarse la simpatía de la población, a pesar de las molestias que causaban las protestas. Y en esta simpatía ganada fue fundamental el apoyo de las coplas de carnaval.

Muchas veces las pancartas y los gritos de los trabajadores entraron dentro del Falla. Y las coplas elevaron el eco de esas protestas. Pocas veces se ha cantado en otra parte del mundo tan alto y tan claro por una lucha obrera.