Somos frágiles
La Firma de Manuel Acero

Manuel Acero: "Somos frágiles"
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Palencia
Creo que el comentario de hoy no va a gustar a muchos pero me apetecía hacerlo y compartir una reflexión sobre un tema un tanto controvertido.
Verán, yo estoy dentro dos grupos de Whatsapp de esos en los que se da información práctica sobre como está el tráfico y sobre todo para avisar de los controles de velocidad, de alcohol o de cualquier otro tipo que haya en la carretera. Hace unos días en los dos grupos se avisaba de manera URGENTE de la instalación de unos nuevos radares llamados de tramo en algunas carreteras de Palencia por la que transito a diario y que han salido además en todos los medios de comunicación.
Desde ese momento se desataron los comentarios a través de Facebook y otras redes sociales. ¿En qué línea iban esos comentarios de ALARMA? Pues se lo pueden imaginar: Enfado, cabreo, indignación y alguna que otra descalificación. Todos estaban en contra o al menos nadie manifestaba lo contrario y esto me ha vuelto a llamar la atención.
Aquí ninguno somos perfectos, yo el primero, que confieso que en más de una ocasión me han cazado por exceso de velocidad e incluso algún punto he perdido por este motivo y aunque me sienta como una patada tener que pagar por ello asumo mi responsabilidad porque nadie me ha obligado ni a conducir, ni a pisar el acelerador, soy yo y sólo yo el responsable de mis actos.
Sin embargo hay personas que constantemente están buscando excusas para quejarse por este motivo y tratar de deslegitimar, por ejemplo, los controles de velocidad con argumentos tan peregrinos como que “porque me da la gana”, “porque llego antes”, “porque soy libre”, “de algo hay que morir” “porque el estado lo único que quiere es recaudar” “que no fabriquen coches que corran tanto” “Que en Alemania hacen no sé que cosa”, “porque perjudican al turismo”… Bueno, seguro que en alguna ocasión todos hemos oído algo de esto y a mí me suena siempre a pretexto para considerarse por encima de los demás.
Por otra parte, a veces, tengo la sensación de vivir en el mundo al revés. Resulta que la Dirección General de Tráfico, está obligada a avisar de los controles, señalizarlos, publicarlos en su web, actualizarlos a diario… todo un protocolo para avisar a los conductores que ese punto concreto le van a controlar la velocidad y yo me pregunto ¿pero para qué? ¿Para dar pistas a los que infringen la ley y nos ponen a todos en riesgo?, ¿para pegar el frenazo cuando se anuncia el control y en cuanto pase volver a pisar el acelerador?. Además ahora son legales los avisadores de radares y otras tecnologías que instalamos en los vehículos no para mejorar nuestra seguridad sino simplemente para evitar “que nos frían a multas”.
A ver si nos estamos volviendo bobos sin darnos cuenta y confundimos un sistema democrático con garantías con la tomadura de pelo.
Por supuesto que pienso que la educación vial es el mejor camino para cambiar estas actitudes y desde pequeños todavía mejor pero tampoco se debe tomar como disculpa para justificar lo que hacemos mal.
Estamos más preocupados porque no nos cacen que por no poner en riesgo nuestra seguridad y la de las demás personas que se cruzan con nosotros por la carretera y nos olvidamos que somos más frágiles de lo que nos creemos.




