Pecados veniales
A Coruña
No me gusta llegar tarde. Es por eso que me molestó la actitud del Leyma Coruña el pasado domingo en su visita a Cáceres: un primer cuarto arrojado directamente al cubo de la basura por incomparecencia, treinta y cuatro puntos encajados y doce puntos de desventaja después de diez minutos de juego. Es cierto que los muchachos se repusieron y remontaron hasta ponerse incluso cinco puntos por delante en el marcador, cayendo en un final a cara o cruz, pero estoy seguro de que, con una puesta en escena más intensa y convencida, la victoria habría viajado a nuestra ciudad.
Comentando con aficionados del club naranja, y teniendo en cuenta anteriores temporadas, la sensación (como tal, subjetiva) es que al equipo no le sienta bien jugar en domingo. En Extremadura, cinco fieles madrugaron para asistir a la liturgia (el templo, según los medios locales y lo que pudimos ver a través de la retransmisión por internet, no estaba demasiado concurrido) y otros cinco parecieron acudir de reenganche, unos devotos, otros descreídos, por lo que estos últimos, los pupilos de Tito Díaz, después de pocos minutos, tuvieron que hacer penitencia.
El Leyma Coruña pecó y tuvo que confesar.
Pereza: los coruñeses no fueron madrugadores, tuvieron que pasar varios minutos de partido y más de una bronca de un enfadado Tito para que los chicos se pusieran el mono de trabajo y demostrasen que no habían ido a Cáceres de visita turística.
Orgullo o soberbia: después de cinco victorias consecutivas, algunas de ellas muy difíciles y meritorias, ante rivales de entidad, el Cáceres Patrimonio de la Humanidad podía parecer rival pequeño. No creo que se les faltase al respeto pero sí percibí cierta relajación en algunos de nuestros jugadores.
La derrota puede venirle bien a un equipo que debe considerarse, por historia y presupuesto, modesto. Ahora, el Leyma Coruña ha de afrontar una cuesta de enero anticipada. Palencia, Lleida, Breogán y Oviedo, cuatro rivales de la zona alta de la liga, serán los próximos rivales de un equipo naranja que ha de mostrarse más humilde y diligente para conseguir que su casillero de victorias siga creciendo.
