Las pérdidas por los daños en los castaños del Jerte pueden llegar a 6 millones
La nevada ha tronchado ramas y partido árboles en más de la mitad de las explotaciones del pueblo
Plasencia
La nevada del pasado 25 de noviembre que mantuvo en vilo durante toda la jornada a la población de Piornal, el pueblo más alto de Extremadura, ha dejado daños importantes en uno de los árboles más emblemáticos de la población, los castaños.
Según el presidente de la cooperativa agraria de la localidad, Julio Antonio Vicente Pérez, el "55 % de las explotaciones se han visto afectadas" bien con la rotura "de ramas principales" bien con "rajas hasta la base" lo que implica que esos árboles "hay que talarlos" y sembrar "nuevos ejemplares".
La cooperativa está realizando ahora mismo un informe técnico sobre los daños causados a este cultivo, que son "cuantiosos" y que podría afectar de manera importante a la producción de castaña de la localidad, que es de una media de un millón de kilos anuales, durante los próximos 15 años, ya que es el tiempo que tarde "en poder recogerse algo" de un castaño.
En el caso de los árboles afectados por troncharse ramas principales el miedo viene derivado de la poda, ya que es "hacerle una herida al árbol" y por el que "bacterias o insectos" pueden perjudicar al castaño.
El presidente de la Mancomunidad de Municipios del Jerte, Ernesto Agudíez, ha anunciado en la Cadena SER Norte de Extremadura que unas primeras estimaciones cifran en "al menos 6 millones de euros" las pérdidas que tendrán los agricultores de la población por el descenso de producción en los próximos años.
Por ello desde la mancomunidad de Municipios ya se ha informado al Ministerio de Medio Ambiente y a la Junta de Extremadura para activar las 2ayudas que sean necesarias" y minimizar de esta manera los perjuicios a los agricultores.
Además, el presidente de la mancomunidad destacaba también los daños en la flora, como son los numerosos robles que circundan la población. Es por ello que el Ayuntamiento de Piornal ha través de un bando ha autorizado la recogida de leña y madera de las ramas caídas durante la nevada para minimizar las enfermedades a la flora por la descomposición de las mismas.