Colas para entrar al Pignatelli
Buena acogida entre el público zaragozano de las visitas gratuitas al edificio Pignatelli. Se han alcanzado los 2.620 visitantes, superándose ampliamente los 2.000 del año pasado
Colas para entrar en el edificio Pignatelli. Por segundo año consecutivo y con motivo del Día de la Constitución, la sede del ejecutivo aragonés ha abierto sus puertas a todo aquel interesado en visitarla. Se han alcanzado los 2.620 visitantes y, ante la fuerte demanda, han tenido que habilitarse más visitas guiadas de las pensadas.
Casa de huérfanos desde su construcción hasta 1971. Instituto y hogar de la Banda Municipal hasta 1983. Y, a partir de esa fecha, sede del Gobierno de Aragón. A lo largo de este martes, el edificio Pignatelli desvelará parte de sus secretos, entre ellos, que toda su construcción se basa en el número siete.
El edificio del siete
“Les llama mucho la atención”, cuenta Maite, una de las guías, “veintiocho escalones, siete arcos… Y ves que cuentan elementos para ver si es verdad”. Un número que está presente incluso en sus dimensiones: 28.000 metros cuadrados, cuatro veces 7.000.
Se construyó en el siglo XVIII, en plena Ilustración, y, al ser un edificio destinado al socorro y la educación, tenía que representar el ideal armónico y la perfección matemática.
Pasadizos en la iglesia
La mayor parte de los visitantes a lo largo de esta mañana han sido zaragozanos y adultos; había pocos jóvenes. Y, sin duda, la estancia que más les ha impresionado es la Sala de la Corona, la antigua iglesia neogótica despojada de todo adorno que, ahora, hace las funciones de espacio para grandes eventos. A Pascual le ha llamado la atención que tenga hasta un puente interior para desplazarse de un ala del edificio a la otra. “Es un espacio inmenso”, ha explicado.
La mesa maldita
También llama la atención la sobriedad y lo brillantes que son los mármoles del despacho del presidente, delante de la antigua iglesia. En realidad, el despacho lo componen dos estancias: la más pequeña, la que realmente utiliza Lambán, y la más grande, que alberga una mesa que, según la tradición, presidente que la emplea, presidente que no repite.
Si están interesados, todavía hay posibilidad de visitar de forma gratuita este edificio, de cuatro a siete de la tarde.