La belleza de lo descomunal

Oviedo

El próximo 15 de febrero, el museo del Instituto de Crédito Oficial, en Madrid, inaugurará una exposición sobre la obra que Joaquín Vaquero Palacios realizó en las centrales de Hidroeléctrica del Cantábrico durante 30 años, en el periodo comprendido entre 1954 y 1980. La muestra, comisariada por su nieto, el arquitecto Joaquín Vaquero Ibáñez y organizada por la Fundación ICO, con el patrocinio de la Fundación EDP, recoge la obra artística realizada por Vaquero Palacios en las centrales eléctricas de Salime (1945-1955) –uno de los mejores ejemplos de arquitectura industrial española adscrita al Movimiento Moderno–, Miranda (1956-62), Proaza (1964-68), Aboño (1969-1980) y Tanes (1980).

Joaquín Vaquero Palacios. La belleza de lo descomunal. Asturias, 1954-1980 pretende “primero, dar a conocer la obra de Vaquero Palacios en estas centrales eléctricas, ya que por su propia naturaleza son poco accesibles” nos explica Joaquín Vaquero Ibañez. El comisario de la muestra nos habla también de la mayor dificultad que trae consigo montar esta exposición en la que lleva trabajando más de una año: “Son sus dimensiones, de ahí el título de ‘descomunal’. Es difícil trasladar a una sala la obra de mi abuelo y dar cuenta de sus medidas, de que están a 300 metros bajo el suelo y que pocas personas han podido disfrutarlas. El artista las creó como aquellos que construyeron las tumbas de los faraones”.

La exposición, que podrá visitarse hasta el 6 de mayo en el museo de la Fundación ICO, en el Paseo de Zorrilla de Madrid, supone una excelente oportunidad de acercarse a esta parte de la obra de este artista asturiano, arquitecto, pintor y escultor; al que califican como creador total capaz de abordar el proceso creativo de forma global. De hecho, Vaquero Palacios es uno de los más fieles exponentes de la arquitectura industrial española adscrita al Movimiento Moderno.