Comienza el primer juicio a un agente de la Policía Local de Palma investigado en el caso Cursach
Jaime Garau y el funcionario de prisiones Pedro Talavera se enfrentan a una petición de seis años de cárcel

Cadena SER

PALMA
Primer juicio a un agente de la Policía Local de Palma investigado en el caso Cursach. El exlíder del sindicato CSI-CSIF y agente municipal, Jaime Garau, se sienta en el banquillo junto a Pedro Talavera, un funcionario de la prisión de Palma. Ambos se enfrentan a una petición de seis años de cárcel por delitos de obstrucción a la justicia y contra la salud pública. Se juzga si obligaron al hijo de la matriarca del clan de Son Banya a firmar una carta dirigida al juez que investiga el caso Cursach para exculpar al policía acusado a cambio de pastillas tranquilizantes y hachís.
El policía ha negado los hechos que se le imputan, en un interrogatorio muy tenso del fiscal anticorrupción al que no ha querido ni dirigir la mirada mientras le planteaba las preguntas. Garau ha denunciado se cuando fue arrestado por esta causa los agentes no le leyeron sus derechos y que el juez decretó su ingreso en la cárcel basándose solo en el testimonio del hijo de La Paca. Ha insistido en que nunca tuvo contacto con Francisco Cortés alias El Ico en prisión y que los hechos que relata jamás ocurrieron. La policía, ha dicho, solo investiga lo que quiere.
También ha negado las acusaciones el funcionario de prisiones que se sienta en el banquillo, que ha dicho no conocer a Garau y que el contacto que tuvo con "El Ico" en la cárcel fue el mínimo imprescindible para desarrollar su trabajo. También han negado de forma rotunda haberle pedido al Ico que firmara esa carta.
Los policías locales, según ha dicho, vivían permanentemente en el módulo de ingresos porque no podían tener contacto con otros presos. El hijo de La Paca ya había amenazado a varios funcionarios y había provocado altercados en la cárcel. Estoy sorprendido sobre las razones que le habrán llevado a contar esta historia que además es incierta, ha dicho el acusado, que también ha explicado que en la época en la que ocurrieron los supuestos hechos el hijo de La Paca estaba apuntado al programa de metadona. Las cartas que se envían desde la prisión son transcritas y metidas en el sistema, ha señalado, y esta no ha aparecido.
El último en declarar en calidad de testigo ha sido "El Ico". Una comparecencia plagada de inexactitudes que ha subido de tono en determinados momentos cuando era interrogado por los abogados de la defensa.
El hijo de La Paca afirma que el funcionario de prisiones le pidió que enviara una carta al juez exculpando a Garau para intentar ayudarle. Dice que le trajo el documento redactado y que le pidió que lo firmara, aunque hizo un garabato porque es analfabeto y siempre firma mediante la huella dactilar. Según su versión, el acusado le dijo que si no colaboraba habría represalias, aunque después de firmarla le dieron pastillas tranquilizantes y dos bolas de hachís. Al ser interrogado por los abogados, el testigo no ha sido capaz de explicar cuál fue el destino final de esa carta que no ha aparecido. Tampoco ha podido concretar fechas o las circunstancias exactas en la que se produjeron los hechos.
En una declaración elevada de tono con el abogado que defiende al agente, que le ha recriminado que su cliente se juega seis años de cárcel por su acusación, el testigo le ha espetado que "si le toca pagar, que pague".
El juicio se reanuda el viernes con las comparecencias de más testigos.




