“No soy un asesino, me junté con malas compañías”
El acusado de la muerte del tendero chino de Torrelavega que sigue en prisión provisional pide perdón a la familia
Santander
La Audiencia de Cantabria ha celebrado hoy la última jornada del juicio contra los 3 jóvenes (dos hombres y una mujer) acusados por la muerte de un comerciante chino de la Inmobiliaria, que falleció después de una paliza en noviembre de 2015.
El acusado que sigue en prisión provisional ha pedido perdón a la familia, ha afirmado que él no es un asesino y que "de tres puñetazos no se mata a una persona", y ha lamentado que se juntó "con malas compañías".
"No soy un asesino, he tenido una vida un poco mala y he tenido bastantes peleas, pero creo que de tres puñetazos no se mata a una persona", ha dicho el joven cuando ha hablado en su derecho a la última palabra al final del juicio.
La Fiscalía y la acusación particular, que ejerce la viuda del comerciante, piden para estos jóvenes 25 años de cárcel a cada uno, veinte de libertad vigilada e indemnización.
En su derecho a la última palabra los tres han lamentado la muerte del comerciante y han pedido perdón.
La única chica acusada, que, como sus compañeros, pasó por prisión provisional, aunque salió unos meses después, ha asegurado que es inocente y que en el juicio ha dicho la verdad.
Por su parte, el chico acusado que está en libertad se ha emocionado al dirigirse al tribunal y ha destacado su inocencia y que de lo único que se tiene que arrepentir es de haberse juntado "con malas compañías".
"El que se juntó con malas compañías fui yo", ha terciado el otro acusado, el único que ha reconocido haber dado "tres puñetazos" para defenderse al comerciante el chino, y que en la primera sesión del juicio responsabilizó también a sus compañeros de banquillo de lo sucedido. "Le dieron en el suelo porque no tienen narices de hacerlo de pie", ha recalcado.
Este joven, que sigue en prisión, ha reiterado que no es de Torrelavega y que cuando llegó a esta ciudad intentó "buscarse la vida" y preguntó a los otros dos chicos cómo podía salir adelante.
Según ha insistido, ellos fueron los que le enseñaron los hurtos en supermercados para vender después la mercancía al bazar chino como forma de ganar un dinero.
"Yo me fijé e hice lo que hacían ellos, pero acabé siendo yo el que dio dos puñetazos al chino, porque me quería dar cinco euros por cosas que valían 150", ha afirmado, antes de añadir que: "de una tontería salió todo esto y al final ha acabado siendo muy grave".
Este joven ha trasladado su pésame a la familia del comerciante chino. "A ver si esto basta para que dejen de hacer esas cosas, no quieran ganar tanto y trabajen como las demás tiendas", ha subrayado.