Índice de Felicidad Nacional Bruta
El índice de Bután no deja de guardar un cierto paralelismo con lo que propone el gobierno de Villena; su plan de Felicidad, Igualdad y Diversidad
La Columna de Carlos Arcaya | Índice de Felicidad Nacional Bruta | 21/02/2018
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Alicante
Hay economistas que aseguran que el Producto Interior Bruto no sirve para medir el bienestar social. Por ello, se propone que el PIB pueda ser sustituido por otros medidores o indices de desarrollo humano que incluyan variables como la educación de sus ciudadanos, la salud o incluso, la calidad de los bienes y servicios o la distribución de la riqueza.
En Bután, un pequeño reino del Himalaya, hablan de la Felicidad Nacional Bruta, que tiene en cuenta el desarrollo socioeconómico sostenible e igualitario, los valores culturales, la conservación del medio ambiente y el buen gobierno.
No deja de guardar un cierto paralelismo con lo que propone el Gobierno del municipio de Villena; su plan de Felicidad, Igualdad y Diversidad. Lo que no significa que no tengan -en ambos casos- contradicciones económicas internas que hay que resolver.
Todos los gobiernos deberían buscar esa felicidad -digamos- poliédrica e integral de sus ciudadanos. Despreciar la iniciativa porque propone cuestiones como el Día del Orgasmo Femenino o los Domingos Felices, en vez de intentar matizarlas, es coger el rabano por las hojas.
La felicidad es una circunstancia, una emoción que tiene que ver con lo individual, pero también la felicidad puede ser una meta colectiva y por tanto, un objetivo político y de los políticos.