'El perro del hortelano' convierte al Teatro Arriaga en un "laberinto loco"
La obra de Lope de Vega se representará hasta el domingo, cuando echará el telón por última vez
Bilbao
El teatro Arriaga acoge una versión con alma femenina de "El perro del hortelano" de la mano de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, una comedia clave del Siglo de Oro que el domingo echará el telón definitivamente después de haber sido vista por más de 80.000 espectadores.
Con un "montaje trepidante y dinámico", tal y como lo ha denominado Joaquín Notario, Tristán en la obra, el espectador se adentra desde el principio en un "choque de fuerzas" que se da en cada escena, por lo que la "función entra en un laberinto loco, en una locura lopesca", señala. Y no es de extrañar porque destaca por la construcción de los personajes que luchan por su espacio, por encontrarse a sí mismos y surgen "celos, envidia, amor, desamor, pulsión sexual y conflictos e instintos atemporales", explica Rafa Castejón, en la piel de Teodoro. En este sentido, según Marta Poveda, Diana, "representa un viaje a la libertad y la profundización del alma del ser humano". Es decir, a través de una historia aparentemente sencilla de enredo amororoso, se habla de Diana, condesa de Belflor, "una mujer con poder en un mundo de hombres" que está "en una jaula de oro" y comienza "un viaje de honestidad para caminar hacia la libertad".
En definitiva, "un manual del amor" del siglo XVII, en el que también se rescatan reivindicaciones del papel de la mujer, que se despide el domingo en el Teatro Arriaga. Además, será, al mismo tiempo, la última vez que se suba al escenario uno de los actores, Fernando Conde (el Conde Ludovico), pues anuncia que, después de más de 40 años, se jubila.
