“Salimos muy cualificadas a un mercado laboral muy precario”; “En los 70 no era normal que fuéramos a la universidad”

Fuenlabrada

Alicia Rebollo, estudiante de 21 años, y Rosa Mendoza, mediadora familiar de 62, han hablado en ‘Hoy por Hoy, Madrid Sur’ sobre las barreras que la mujer ha tenido y tiene que superar con el paso del tiempo. Mujeres de dos generaciones que confluyen en su defensa del feminismo activo y que han dejado patente con sus experiencias personales lo que ha cambiado y lo que todavía queda por cambiar.

La educación y el acceso al mercado laboral viene marcado por una mayor incorporación femenina en nuestros días, pero Alicia reconoce que aunque su generación va a ser de las más preparadas, “saldremos sobre cualificadas”, pero iremos a un mercado laboral cada vez más precarizado. Es el problema al que se enfrentan muchas jóvenes de hoy, que por ser mujer sufren, indica Alicia, mucho más esta precarización. En tiempos de Rosa, esto era distinto porque el acceso a la educación en los 70 para la mujer no era el mismo. “Tampoco muchos padres querían que sus hijas estudiarán grados superiores”.

El acoso en las aulas también ha sido otro tema tratado. Alicia asegura que “pocas chicas se atreven todavía a denunciar el acoso en las aulas por profesores” y cuando esto ocurre “no la acaban de creer” y se sigue poniendo “la carga probatoria en la mujer”. Una situación de acoso que hace años era, según Rosa, “muy generalizada en todos los niveles”, aunque en las aulas, entonces, chicos y chicas estudiaban por separado.

Sobre las relaciones de pareja, Rosa cuenta como han cambiado las cosas, desde la vecina que contaba a su madre que la había visto con un chico, “no es para que la pegues, ¿eh?”, hasta nuestros días. Aunque Alicia subraya que sigue existiendo dominación del hombre hacia la mujer. “Han cambiado las formas pero no el control que se ejerce, ahora más por las nuevas tecnologías”.

Aborto, violencia, o el cambio de patrones en la relación de pareja han sido otros temas abordados. Ellas tiene muy claro, como indicaba Rosa, que “la igualdad y el feminismo tiene que representar a todas”.