"Ante cualquier imprevisto, por pequeño que sea, entras en pánico"
Conocemos la historia de Pilar, María y Antonio: cómo hacen malabares para llegar a final de mes con unas pensiones menguantes

SUSANA VERA (Reuters)

Pilar San Jose, enviudó hace 11 años, desde entonces dice que la nómina que recibe de la Seguridad Social no ha hecho más que reducirse. "Llego a cobrar ocho ó nueve euros menos que cuando me quedé viuda, pero sigo teniendo que pagar la hipoteca igual, no me la han rebajado pese a la ausencia de mi marido", se queja.
Maria Nutini, es divorciada y con un hijo a su cargo, cobra la pensión mínima. "Con eso no llegas ni a la tercera semana del mes. Todo se ha encarecido: la luz, el gas... pero las pensiones se han empobrecido. Ante cualquier imprevisto, cualquier cosa que surja por pequeña que sea, entras en pánico".
Antonio Perera, tiene 71 años y lleva 18 jubilado. Mientras trabajó, con su salario sacó adelante a su familia ahora hace esfuerzos para estirar el dinero y que a su nieto no le falte de nada. Ahora, su pensión también es el sustento de la familia de su hijo, autónomo y en paro. Cuando va al supermercado coge un carro en cada mano, una para él y la otra para ayudar su hijo. "¿Cómo vas a comer sabiendo que tu hijo y su familia no tienen nada?"
Son tres ejemplos, pero historias hay casi tantas como pensionistas. En Euskadi, a fecha de febrero, figuraban en el sistema de la Seguridad Social 548.132 pensionistas.




