La Cremà de las fallas municipales de Valencia
Disfruta en vídeo del punto final de las Fallas 2018

Cremà de la falla municipal de la Falla 2018 / Santi Botella

Valencia
A partir de las diez de la noche han comenzado a arder las fallas infantiles de cada comisión fallera en Valencia, y media hora más tarde ha ardido la que ha conseguido el primer premio este año (Falla Maestro Gozalbo-Conde Altea). A las once ha sido el turno de la falla infantil municipal, que este año ha girado en torno a El Principito.
Cremà de la falla municipal infantil
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Ya a la medianoche el fuego ha empezado a devorar las fallas grandes, a las 0.30 horas arderá el considerado por el jurado mejor monumento de 2018 (Falla Convento Jerusalén-Matemático Marzal).
Más allá de una de la madrugada, con 20 minutos de retraso, ha llegado el colofón con la Cremà de la falla municipal, la controvertida, poliédrica y colorista obra del artista urbano Okuda que este año ha generado opiniones encontradas.
Además, la construcción de la propia falla y el deseo de que estos monumentos sean cada vez más sostenibles y menos contaminantes ha hecho que la combustión de esta obra, de 24 metros de altura y donde el santanderino ha trabajado con los artistas falleros locales Latorre y Sanz, haya sido año más lenta y durando casi una hora.
Cremà de la falla municipal
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Las Fallas de 2018 serán recordadas por las mayores medidas de seguridad establecidas ante el nivel 4 de alerta terrorista y los atentados yihadistas en Cataluña del verano pasado, que han incrementado la presencia policial en las calles y han obligado a cerrar estaciones de metro y túneles peatonales durante las horas críticas de aglomeraciones por actos festivos o pirotécnicos.
Además, se han dejado expeditas, para posibles evacuaciones y emergencias, varias de las calles que confluyen en la plaza del Ayuntamiento, punto neurálgico de la ciudad no solo durante las multitudinarias mascletaes de las dos de la tarde desde el 1 de marzo sino por la presencia de la falla municipal y ser lugar de paso obligado para el centro y el casco histórico.
A falta de datos finales, las previsiones apuntaban a un 80 % de ocupación hotelera en los días previos al fin de semana y a un lleno total durante las jornadas finales, que como cada vez que caen en fin de semana reabren el debate sobre la necesidad o no de instaurar en lunes el día de la Cremà para aprovechar el tirón turístico y de consumo que siempre genera cuando así coincide en el calendario.

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