Un paseo de fantasía por la hoz del río Trabaque en Albalate de las Nogueras
Este paraje poco conocido comunica el Campichuelo con la Alcarria a través de un recorrido entre riscas con figuras caprichosas y bajo la mirada atenta del buitre leonado
Cuenca
En el espacio Nos vamos de excursión que coordina Fernando Carreras, de la empresa EcoExperience, y que se emite cada viernes en Hoy por Hoy Cuenca, hemos visitado con anterioridad dos parajes del río Trabaque: su nacimiento en el Vallejo de los Olmos y la hoz de Arcos de la Sierra. Esta vez seguimos sus aguas hasta la hoz que forma este río en Albalate de las Nogueras.
Un paseo de fantasía por la hoz del río Trabaque en Albalate de las Nogueras
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Como un paso abierto entre El Campichuelo y la Alcarria, la hoz del río Trabaque, en Albalate de las Nogueras, presenta un barranco rodeado de cornisas rocosas en las que habita el buitre leonado. En las laderas crecen los pinos, bujes y sobreviven algunas colonias de sabinas. Por el fondo del valle fluye, lenta en algunos tramos y precipitada en otros, la corriente del río que crea cascadas de casi 20 metros, riega pequeños huertos y lame un viejo molino harinero, hoy testigo mudo de una actividad del pasado.
A unos dos kilómetros de Albalate de las Nogueras el paisaje ha creado una de las hoces más sorprendentes de la Serranía de Cuenca. En las estribaciones del Campichuelo, el río Trabaque ha labrado una obra natural cuyo gran valor son los pequeños saltos de agua o chorreras. El acceso es muy cómodo para vehículos a través de la pista forestal que une Albalate con Ribatajada.
La ruta la podemos iniciar en el mismo pueblo visitando su casco urbano de retorcidas calles con sabor árabe, su iglesia parroquial original del siglo XII de estilo románico o sus famosas cuevas donde se vive, como en otros pueblos de la alcarria, la cultura del vino. Caldos artesanales que los vecinos de Albalate comparten en conversación agradable con el visitante.
Antes de iniciar el camino hacia la hoz, pasamos por el paraje de El Nogueral, un área recreativa con parque, merendero y una fuente centenaria que fluye aguas cristalinas.
Y en una fuente haremos la primera parada ya en el paraje de la hoz. Justo a la izquierda del camino, al fondo de una pequeña explanada, se esconde un manantial de aguas de sabor muy agradable.
Subiendo una cuestecita de unos 300 metros llegamos al paraje del Molino de la Hoz. Es de propiedad privada pero si coincide con alguien de la familia seguro que les convence para que se lo enseñen. Merece la pena descubrir por dentro un molino harinero que conserva parte de la vieja maquinaria.
Justo detrás del molino se esconde uno de los parajes más pintorescos de la provincia, la chorrera del Arco Iris. Un salto de agua de casi 20 metros que ha creado una pequeña caverna tras la cortina de agua. A lo largo del año son pocos los días en los que el sol entra en este lugar. Cuando lo hace, en los meses de verano, la luz solar refleja, a través del agua de la cascada, el arco iris.
Unos metros más arriba está la chorrera del Pozo Grande. Un salto de agua de menor altura que cae sobre una poza formando una agradable zona de baño en la que refrescarse en los calurosos días estivales.
La hoz continúa durante un par de kilómetros más. Presenta rocas con una morfología curiosa que permite descubrir, en piedra, personajes como Frankenstein, Moisés o los Reyes Católicos. Que la imaginación del viajero ponga lo demás.
Paco Auñón
Director y presentador del programa Hoy por Hoy Cuenca. Periodista y locutor conquense que ha desarrollado...