Forzados a intervenir al superar en 2016 los límites de contaminación del aire

El tráfico es el principal foco de contaminación en ciudades como Bilbao. El dióxido de nitrógeno (NO2) es el indicador que traduce cuál es el impacto de los motores de los vehículos en la atmósfera.

Aunque la capital bizkaina no está al nivel de Madrid o Barcelona porque "en líneas generales la calidad del airea es entre buena y muy buena", según el consejero de Medio Ambiente, en el año 2016 (los últimos datos disponibles) se superó el límite en la cabina instalada en Indautxu, en la calle María Díaz de Haro. Fue la "única" en Euskadi que lo hizo pero "obliga a reaccionar para que no se vuelva a producir", según Arriola.

"No es alarmante", matizaba Arriola. El límite son 40 miligramos por metro cúbico y se alcanzaron los 41,7 en la media anual. Un "ligero" pico que ha forzado a las administraciones a tomar medidas. Gobierno vasco y Ayuntamiento de Bilbao van a analizar diferentes parámetros para prever los efectos y plantear eventuales cambios en la circulación. Arriola confía en que ese modelo pueda ser "exportable" a cualquier otro municipio vasco.

La primera fase del trabajo consiste en recopilar datos relativos a la cartografía, población, meteorología, tránsito de vehículos (intensidades, medias diarias y horarias, composición del tráfico, velocidades, y tiempos de espera en los semáforos) y parque de vehículos.

De forma paralela, el Gobierno vasco va a llevar a cabo campañas específicas de medición de la calidad del aire en Indautxu, Bilbao la Vieja y Sarriko.

El objetivo final es poder definir distintos escenarios ambientales y ligarlos a eventuales cambios en la ordenación del tráfico para, en definitiva, mejorar los estándares de calidad del aire "porque para nosotros el desarrollo urbano y el desarrollo humano son y deben seguir siendo las dos caras de la misma moneda", ha detallado el alcalde Aburto.