David Otero, cómo hemos cambiado

Fuenlabrada

Todo lo que haga referencia a la década de los 80 vende muy bien: que si las series de nuestra infancia, que si los anuncios de entonces, que si la moda. Y la música, claro, no es excepción. Es lo que ha querido aprovechar David Otero en su nuevo disco, ‘1980’, con sintetizadores y bases disco como las de su single de presentación, ‘Jardín de flores’. Con el paso del tiempo se ha convertido en todo un referente musical del pop patrio, pero vamos a sus orígenes, donde solo era, no es poco, el guitarrista secundario de un grupo.

Otero empezaba en 2000 su carrera en El Canto del Loco, grupo que con el tiempo le dio una parte importantísima de su éxito y que le lanzó al estrellato. Pero sus inicios fueron como guitarra de acompañamiento, ni siquiera solista, y apenas tenía protagonismo en temas como ‘Pequeñita’. Pero tras la salida del guitarrista principal, David tomó el timón de las seis cuerdas y junto a Dani Martín enloqueció a media España con temas como ‘La madre de José’, ‘Zapatillas’ o ‘Eres tonto’.

A lo largo de esos años Otero imprimió un estilo muy reconocible al grupo. Pero como ocurre en muchas ocasiones, en un momento dado sus componentes comprueban que ya no tienen esa conexión de antaño y que sus caminos musicales empiezan a distanciarse. Así que en 2010 venía el drama para decenas de miles de fans, pero a cambio descubríamos a El Pescao.

David Otero decidía volar en solitario con un estilo más ligero que el de El Canto del Loco, pero descubríamos que tras ese guitarrista que hacía los coros había un prometedor autor que manejaba muy bien los ritmos de los temas. El Pescao era la etiqueta bajo la que se presentaba en su primer disco en solitario, ‘Nada-lógico’, con temas como ‘Buscando el sol’. Como la cosa fue bien, reeditaron después el disco con más canciones y versiones acústicas como la de ‘Historia de terror’, una delicia íntima que mejoraba aún más su interpretación.

Pero Otero no quiso estancarse y emprendió una búsqueda de nuevos sonidos, nuevos caminos por los que transitar. Y desde entonces la riqueza de sus discos es mucho mayor. Para despedirse, publicaba en 2013 ‘Ciao Pescao’, un pequeño EP de cuatro temas entre los que destacaba ‘Todo se complica’.

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Tras sus estudios y experimentaciones sonoras en América Latina, David volvió con otro aire, un estilo en el que apenas adivinábamos pequeñas pistas de lo que había sido con El Canto del Loco y aumentaba la paleta musical en 2014 con ‘Ultramar’. Ahí sabía que los ritmos y las letras alegres, para todos los públicos y para levantar el ánimo, eran un buen filón. ‘Azul y blanco’ era uno de los temas de presentación.

Pero llegados a este punto era necesario que desapareciera El Pescao para dejar ver a quien realmente estaba detrás de esa etiqueta, para descubrir al verdadero David Otero, que desde 2016 se presenta con su nombre y al que la música disco le ha aportado otro giro interesante a su música. ‘Una vez más’se convirtió, por ejemplo, en una de las canciones del verano.

El camino de David Otero ni mucho menos llegaba a su fin, como demuestra su nuevo disco, y ha impulsado su carrera en solitario con un renovado vigor. Nos despedimos con el single de su, ahora, penúltimo trabajo, ‘Micromagia’, en el que dejaba a las claras que la música se hizo para sentirse bien.