Tres de los acusados de captar yihadistas pactan condenas de 2 y 4 años de cárcel
Continúa el juicio contra el mayor acusado y su mujer
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El juicio continúa contra los dos acusados que no han reconocido los hechos / EFE
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Fuenlabrada
En la primera sesión del juicio en la Audiencia Nacional contra tres acusados de enaltecimiento y adoctrinamiento yihadista en el sur de Madrid, finalmente tres de ellos han reconocido los hechos y han pactado condenas de entre dos y cuatro años de prisión, el cumplimiento de dos tercios de la condena fuera de España y la prohibición de regresar a nuestro país, como proponía la Fiscalía.
Sin embargo este martes ha continuado el juicio contra los otros dos acusados, el principal y para el que se piden siete años de cárcel y su mujer, una mexicana para la que el Ministerio Público pide un año y medio de prisión. Durante su declaración ninguno de los dos ha reconocido los hechos.
El principal acusado ha reconocido que cuando se trasladó a vivir a Pinto procedente del madrileño barrio de Salamanca en el año 2008, acudía a la mezquita a rezar pero que nunca tuvo intención "de captar a nadie". Al contrario, consideraba el templo "no como un sitio puramente de culto" sino como "un club de amigos" y con ellos creó un grupo de Whatsapp a través del cual conversar sobre sus asuntos.
También ha explicado que entrenó físicamente pero no en la mezquita sino en un gimnasio porque era obeso y tenía "complejo", pero que en el centro no había clases de artes marciales ni nada por el estilo. "No sé de donde se han sacado esa información", ha apostillado a preguntas de su letrado a quien le ha precisado que vive una vida "absolutamente normal" y hace cosas contrarias a los dictados del Estado Islámico, tales como trabajar en una empresa con capital suizo, visitar páginas "de contenido adulto", o tener una familia política del Opus Dei.
La otra acusada que no ha aceptado los hechos ha sido su pareja que durante el interrogatorio ha explicado que se convirtió al Islam cuando llegó a un momento de crisis espiritual durante su etapa como profesora de religión pero que "jamás" usó burka, de hecho no llevaba velo en su tierra natal. En cualquier caso ha insistido en que cambió de religión antes de conocer a su pareja.