La aventura terapéutica de Rodrigo, un niño autista, y Tino, un león marino

Alicante

Allá por el mes de junio, los cuatro ejemplares de elefante asiático de Terra Natura comenzaron a dormir en las praderas exteriores y a darse los primeros baños. Eran las primeras señales de la naturaleza: las elefantas anunciaban la llegada del verano.

Y con el verano, ya lo saben, en Hoy por Hoy Alicante apagamos las luces del estudio y nos embarcamos durante dos semanas en una nueva expedición: diez programas y cada día desde un lugar diferente.

Este lunes, cumpliendo con el ritual, Aqua Natura y Terra Natura han ‘encendido el Sol’ para nosotros. Aqua Natura es un oasis en el corazón de la Costa Blanca, un parque acuático de 40.000 metros cuadrados de superficie, con más de 1.000 metros de toboganes, bajo la imponente mirada del Puig Campana. Terra Natura es mucho más que un parque zoológico, es casi un santuario de 320.000 metros cuadros para más de 1.500 animales de 200 especies diferentes, 50 de ellas en peligro de extinción.

Y es allí donde Rodrigo conoció a Tino. Rodrigo es un niño, tiene diez años, dos hermanos, Aitana y Alejandro, y una mamá bloguera que se llama Vanesa. Rodri es un pequeño con autismo severo y epilepsia, pero, por encima de todo, es un niño feliz.

Tino es un león marino, el líder de la manada, el jefe de Lucy, Joe y Charly. Quique Sánchez, responsable de los animales de Aqua Natura y Terra Natura, cuenta entre risas que sigue tan ‘ceporro’ como siempre: “Está todo el rato quejándose en el agua; si le das pescado, porque le das pescado; si no le das, porque no se lo has dado”. Este gruñón de cuerpo enorme y corazón inmenso, ahí donde lo ven, es un ser tremendamente tierno, sensible y especial. Como Rodrigo.

Tino y Rodrigo se conocieron el pasado verano en un proyecto terapéutico que por entonces daba sus primeros pasos en Aqua Natura. Y surgió la magia…

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Vanesa Pérez lo cuenta así en su blog, www.ydeverdadtienestres.com:

Rodri estaba a lo que estaba que era chapotear y soltar toda la adrenalina que la excitación del momento le estaba proporcionando. Poco a poco fue relajándose y dedicando más períodos de atención, aunque muy breves. En todo momento se respetaron sus ritmos y creedme que no es sencillo y requiere de unas dosis de paciencia infinitas.

La idea: que conectaran mediante la aproximación y el tacto a través de las caricias y del contacto con las plantas de los pies, algo que me sorprendió muchísimo.

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Fue casi mágico ver cómo la indiferencia inicial, que realmente no dejaba entrever más expectativas, se convirtió en una conexión que dio lugar a que Rodri acabara yendo a buscar al animal para abrazarlo. Se estableció un clima de confianza en tan solo media hora que nos dejó a todos emocionados y maravillados.

La terapia asistida contribuye a la estimulación general en los tratamientos psicoterapéuticos. Gracias a la interacción que se genera se refuerza y estimula el desarrollo cognitivo, emocional y social de las personas con diversidad funcional.

Así nos han contado Quique Sánchez y Vanesa Pérez la aventura, bendita aventura, de Rodrigo y Tino: