No solo en invierno existe Cercedilla
El pueblo situado en plena Sierra de Madrid nos acoge con varios planes para pasar el día
Madrid
Sigo visitando pueblos. Sigo viajando en Renfe Cercanías y dejando, por momentos, de lado el bus, aunque sospecho que pronto lo retomaré. Me levanto temprano y siento que en Madrid va a hacer calor. Decido ir directa al Norte. ¿Por qué no Cercedilla? La gente suele ir en invierno, a esquiar. Y en verano, a las piscinas. Pero, ¿hay algo más?
DE ATOCHA A CERCEDILLA
A las diez de la mañana cojo la línea C8 de Cercanías [también se puede llegar en bus, en el 684 desde Moncloa]. En una hora y veinte llego a una bonita estación en la Sierra Norte madrileña donde se vislumbra el cartel que me muestra que he llegado a mi destino: Cercedilla. Nada más salir de la estación y, siguiendo las indicaciones de los lugareños, subo unas escaleras y sigo un largo camino cuesta arriba que me lleva directa al pueblo.
EL ESQUÍ: ESENCIA DEL PUEBLO
Unos bares, el Ayuntamiento y una oficina de Turismo se dan cita en el centro del pueblo; se nota su tradición con el esquí, un Museo dedicado a este deporte ocupa dos grandes plantas de la oficina de información al turista. Allí hablo con Raquel, trabajadora de esta oficina, que me presenta a Luismi Peña, el alcalde de la localidad y a Raúl Martín, concejal de Turismo. Me cuentan la importancia del esquí en la localidad y me invitan a visitar las piscinas naturales dentro del área recreativa Las Berceas.
El Museo del Esquí de Cercedilla
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LAS PISCINAS: LA CARA ESTIVAL DE CERCEDILLA
No sé cómo llegar a las piscinas. Me dicen que hay un bus de línea gratuito que te acerca a ellas desde el pueblo cada fin de semana o día festivo pero hoy no lo es. Hoy es jueves. Busco soluciones. La técnica de Medio Ambiente del Ayuntamiento, Alejandra, me acerca en su coche. Me ahorra una caminata de media hora que, sin duda, hubiese sido preciosa pero ¡vaya...! Se ha puesto a llover. Diez minutos después llego a las piscinas. Luis Peña, jefe de mantenimiento de la misma, está dando órdenes a los bañistas de abandonar el agua. "Es muy peligroso con tormenta". Por esta razón se comienza a llenar el bar de la piscina. Lo regenta Vicente, un hombre muy querido en la zona y con muchos veranos a sus espaldas trabajando en este lugar. "Es una piscina muy especial. El agua no suele subir de los 22º".
Las piscinas naturales de Cercedilla
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EL BAR DE LAS BERCEAS
Preciosa, tranquila y situada en un enclave rural en el Valle de la Fuenfría, la piscina de Las Berceas empieza a vaciarse por la lluvia que cada vez cae con más fuerza. No me atrevo a darme un chapuzón así que visito el bar. Allí conozco a una gran familia. Gran familia, literal. Más de 25 miembros repartidos por toda la geografía española que cada verano se dan cita en Cercedilla gracias a la influencia de la familia materna que vive en la localidad. Con ellos nos despedimos... Pierdo cobertura, ¡vaya!¿Será la tormenta?
El bar-chiringuito de Las Berceas
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CERCEDILLA Y SUS RUTAS
Me voy en el tren que sale a las dos y media de la estación de la localidad. Me llevo un folleto donde están remarcadas todas y cada una de las rutas de senderismo que se pueden realizar, los picos a los que se puede ascender y los kilómetros que, en cada una de ellas, se recorrerán. Septiembre es una buena época para ello y, Cercedilla, un buen lugar para vistar en cualquier momento del año: el invierno y el verano siguen haciendo de este pueblo un lugar precioso. Me voy, que estoy ñoña. ¡Hasta pronto!