Un libro ahonda en la historia de Sotobañado y Priorato
Se presenta el libro "Sotobañado y Priorato. Espacio habitado"
Sotobañado y Priorato
Este viernes 7 de septiembre, a las 20:00 horas, en el Salón de Sesiones del Ayuntamiento de Sotobañado (Palencia) se presentará el libro Sotobañado y Priorato. Espacio habitado, del que son autores Cesáreo Pérez González y Luis Antonio Arroyo. Para la elaboración de Sotobañado y Priorato. Espacio habitado se han tomado como fuente de datos los archivos locales (municipal y eclesiástico), las noticias de prensa, las publicaciones oficiales y los estudios sobre distintos temas que se refieren a Sotobañado o a localidades cercanas, de manera que en este libro se van recogiendo hechos, noticias y datos relativos al espacio físico, al entorno humano y a los avatares históricos que se sucedieron en Sotobañado a lo largo de los siglos.
Partiendo de unos orígenes prehistóricos, en los que ya se documenta la presencia humana en el valle del Boedo, se pasa a hablar de la Edad Media, en la que el entorno físico de montes y valles, promoverá el asentamiento sostenido de una población humana, que andando el tiempo se convertirá en el pueblo de Sotobañado. Los documentos del archivo municipal ponen de manifiesto la relevancia de los pastos, de los montes y muy especialmente de las aguas del Boedo, cuyo uso en el valle será regulado por normativas dictadas desde la Chancillería de Valladolid. Asociado al agua se advierte la presencia de molinos y batanes, incipientes focos industriales de la zona.
El nombramiento de “villa” en los primeros años del siglo XIX supone uno de los momentos clave en la localidad, que irá viendo cómo el concejo se dota de escribano, cómo se agregan al municipio la localidad de Sotillo y el priorato de Mañino y, por otro lado, cómo se van mejorando las infraestructuras de comunicaciones en el valle. Esa línea de innovaciones se mantiene en la primera mitad del siglo XX con la construcción del Grupo Escolar, del puente y la carretera Herrera-Saldaña, la ampliación del cementerio, y con la creación de nuevas industrias de carácter familiar.
Por su parte, la pequeña localidad de Sotillo, que contaba con ordenanzas municipales en el siglo XVII, manifiesta en sus documentos una vida económica exclusivamente agrícola y unas infraestructuras muy limitadas, entre las que cabe mencionar el puente sobre el arroyo Cañizares.