Lenny Kravitz, cómo hemos cambiado
Icónico guitarrista capaz de moverse por varios géneros, acaba de publicar nuevo disco para celebrar 29 años de música
Fuenlabrada
Poner una guitarra en sus manos puede ser peligroso, porque sus rifss, sus ritmos y sus punteos generan adicción automática. Pero para presentarnos su nuevo disco, ‘Raise Vibration’, undécimo de su carrera, ha elegido el minimalismo de un pequeño rasgueo de guitarra, un bajo y una presencia constante de la batería para desarrollar el single ‘Low’. Casi treinta años de carrera dan para mucho y vamos a intentar repasar este viaje musical.
Lenny Kravitz, cómo hemos cambiado
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En 1989, y tras abandonar el nombre artístico de ‘Romeo Blue’ para utilizar el suyo propio, Kravitz publica ‘Let love rule’, un disco que presenta con el tema del mismo nombre y que es una mezcolanza de soul, funk y rock muy al estilo de su gran ídolo, Prince. Sus influencias se dejan notar en el álbum y apenas hay sello personal, aunque se atisba un artista planetario que empieza a despuntar en 1991 con su segundo trabajo, ‘Mama said’.
El single ‘It ain’t over ‘till it’s over’ sube como la espuma al top ten de varias listas internacionales y coloca definitivamente a Lenny en el panorama musical gracias a una bonita voz en falsete y unos arreglos de cuerda muy reconocibles. Su manejo de las seis cuerdas también se deja notar y recopila apoyos y colaboraciones con estrellas como Madonna o Slash. Algún truco le enseñaría el guitarrista de los Guns n’ Roses porque en 1993 publicó su disco más rockero y el que le llevó a su primer número uno: ‘Are you gonna go my way’.
Ataviado con su ya icónica Gibson Flying V, el de Manhattan se convirtió ese año en invitado de honor de nombres tan mayestáticos como Steven Tyler, Mick Jagger o David Bowie. Y vio Lenny que el rock era bueno y siguió por ese camino para publicar dos años más tarde ‘Circus’, un álbum que no tuvo tanta prédica como el anterior, aunque sí que llegó al top 10, y que presentó con el contradictorio ‘Rock and roll is dead’.
Pero los noventa fueron la década dorada del artista y por eso antes de terminar esta etapa nos dejó otro clásico en el que, dicho sea de paso, tampoco descubría el elixir de la eternidad musical, pero cuyo pulso nos mantenía enganchados a la radio. Nos referimos a ‘Fly away’, single de presentación de su quinto disco que llevaba por título, lógico, ‘5’.
Convertido ya definitivamente en artista ‘mainstream’, asiduo a las listas de éxitos, empezó desde este disco a encadenar hasta cuatro premios Grammy a la mejor interpretación rock. Comenzó sin embargo la nueva década de los 2000 con un grandes éxitos y un tema inédito, ‘Again’, en el que bajaba un poco las revoluciones.
Pero lo cierto es que el nuevo milenio no le acabó de sentar del todo bien a la música de Kravitz. Parecía que todo lo que nos podía ofrecer ya lo había gastado en sus primeros cinco discos y las nuevas publicaciones no tenían ese gancho comercial de antaño. No obstante volvió a ganar el Grammy gracias a ‘Dig in’, presentación de su disco de 2001 ‘Lenny’.
El siguiente escalón lo encontramos en 2004, con un Kravitz un poco en tierra de nadie: seguía dándole duro al rock pero no lo suficiente, y el soul de sus primeros tiempos aún no había reflorecido en todo su esplendor. El disco ‘Baptism’ era una buena colección de canciones pero que carecía del punto especial de las de antaño. Como ejemplo, ‘Where are we runnin’?’.
En estos años Kravitz ha seguido siendo habitual de las listas de discos más vendidos, pero no obstante con menos éxito que en años anteriores. Eso sí, sigue mudando de estilos para demostrar su versatilidad. Lo hacía por ejemplo en 2007 con la balada ‘I’ll be waiting’, del disco ‘It’s time for a love revolution’, o con la divertida ‘Stand’ de 2011, incluida en ‘Black and White America’.
Por cierto, hasta ahora no lo hemos dicho, pero Lenny también tiene varias incursiones como actor, aunque sin gran protagonismo ni éxito. En cualquier caso llegamos al final del camino y nos despedimos con ‘The Chamber’, publicado en 2014 con una potencia sonora que sin embargo no encontró el eco que merecía.