La diferencia entre ceder y conceder

Muchas son las personas que reconocen que, a la hora de gestionar un conflicto con alguien, acaban cediendo. Y muchas son también las que reconocen que esa cesión no les hace sentir bien. Entonces ¿por qué lo hacen? Los motivos que hay detrás suelen estar asociados a falta de seguridad en uno mismo, a una necesidad de querer huir de los conflictos y querer resolverlos lo antes posible, por culpa… Sea el motivo que sea, es importante saber qué diferencia hay entre ceder y conceder. Cuando cedemos, en el fondo estamos pasando una línea roja que tenemos, estamos cediendo algo al otro que realmente no queremos perder. Después de haber cedido, uno se encuentra en una situación peor que justo antes de haberlo llevado a cabo. Uno se siente mal consigo mismo. En cambio, cuando concedemos algo, no estamos pasando ninguna de nuestras líneas rojas y además estamos contribuyendo a que la otra parte se sienta mejor. Por tanto, uno se siente bien y además se refuerza la relación con el otro. Por eso, de cara a gestionar cualquier conflicto tenemos que tener muy claro qué queremos y podemos conceder y qué no. Si no hacemos este ejercicio previo, podemos acabar cediendo en cosas de las que luego nos podamos arrepentir.