Álvaro de Luna, tipógrafo por un día en Cuenca y el rodaje de un corto en Moya
El famoso actor que dio vida a 'El Algarrobo' actuó en la plaza de toros en 1978 y participó en el rodaje de 'Misericordiam Tuam' en 2007, un cortometraje del director conquense Juanra Fernández
Cuenca
Tras la reciente muerte del reconocido actor Álvaro de Luna a los 83 años de edad el pasado 2 de noviembre, José Vicente Ávila recuerda en el espacio Páginas de su Desván, que se emite cada martes en Hoy por Hoy Cuenca, la visita que realizó junto a Sancho Gracia a los talleres de Diario de Cuenca en 1978 cuando fue tipógrafo por un día. También recordamos el último rodaje en cine de Álvaro de Luna en el cortometraje Misericordiam Tuam con el director de cine conquense Juanra Fernández.
Álvaro de Luna, tipógrafo por un día en Cuenca y el rodaje de un corto en Moya
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“Al personaje de El Algarrobo le tengo un cariño especial y será muy difícil que salga de mi vida”, decía en agosto de 1978, en pleno éxito de la serie televisiva Curro Jiménez, el actor Álvaro de Luna en una entrevista especial que José Vicente Ávila le hizo junto a Sancho Gracia, el protagonista, en los talleres tipográficos de Diario de Cuenca, por expreso deseo de ambos actores, que quisieron conocer, entre bastidores, los entresijos de cómo se elaboraba un periódico.
Ambos actores vinieron a Cuenca en la feria de San Julián ese año 1978, según contamos en otro programa al hablar del protagonista de Curro Jiménez.
Con motivo de las fiestas se celebró el 19 de agosto en la plaza de toros el Espectáculo Curro Jiménez, incluido en el cartel ferial taurino, lo que originó que se inaugurase la iluminación del coso. Se trataba de un espectáculo con caballos, carrozas, tiros y el rejoneo de un novillo, además de otras actuaciones propias de la serie televisiva en las que actuaban “Curro Jiménez”, “El Algarrobo”, que era arrastrado por unos caballos, y “El Estudiante”, es decir, Sancho Gracia, Álvaro de Luna y José Sancho, además de otro personaje apodado “El Gitano”. Con el fin de promocionarlo, el día anterior se acercaron hasta el edificio de Diario de Cuenca, que es la actual sede de la Comisaría de Policía Nacional, los actores Sancho Gracia y Álvaro de Luna. En la edición del 19 de agosto se publicó una página con el título a cinco columnas de Curro Jiménez y El Algarrobo visitaron Diario de Cuenca con fotografías en las que Sancho Gracia aparece tecleando en una linotipia y Álvaro de Luna con un componedor de titulares, como si fuese un consumado tipógrafo o cajista.
Al entrar al edificio, desde los ventanales del hall de entrada, Sancho y Álvaro de Luna vieron los talleres y mostraron sus deseos de conocerlos, pues el periódico se editaba en tipografía y ellos ya conocían el offset de los grandes periódicos. Les llamó mucho la atención las linotipias por su forma de funcionar, tanto por el teclado de 90 caracteres, distinto al teclado normal, como por la distribución de las matrices, recogidas por un brazo mecánico que las llevaba a sus respectivos cajetines.
Conocieron cómo era la roto plana e incluso una ‘Minerva’ que aún quedaba, así como las cajas con sus tipos de letras de diversos tamaños. Ambos se llevaron como recuerdo en una línea de plomo caliente salida del crisol sus respectivos nombres. Mientras Sancho intentaba teclear, Álvaro de Luna cogió un componedor y con una rara habilidad fue componiendo su nombre o algunas frases, como si hubiera sido cajista toda la vida. La verdad es que sorprendió su manejo de las letras de plomo e incluso hubo que encender la nueva máquina de titulares para sacarle en letras mayúscula el apelativo de El Algarrobo.
No se querían ir de allí a pesar de que olía a tinta y a plomo derretido. Estaba trabajando un empleado en la linotipia y observaban con atención el funcionamiento del teclado que hacía bajar las matrices al componedor hasta llenarlo y como lanzaba el molde para que desde el crisol, con un pistón, soltase el plomo que marcaba la línea de texto. “Esto es más difícil que montar a caballo”, comentaba El Algarrobo, que llevaba una fina cazadora por encima de hombro y las gafas de sol sobre la frente, tapando parte de la calvicie. “Aquí estamos bien, dijeron ambos, y en sillas de las linotipias, con Dieguito que tenía tres años como testigo, les hice la entrevista, que José Luis Pinós captó con sus fotografías, aunque la reproducción en el periódico no era buena porque el fotograbado era de poca calidad, pero aquí reproducimos alguna en la que se ve a Álvaro de Luna como un consumado especialista”, recuerda José Vicente.
“Tengo que confesar que yo fui a entrevistar a Curro Jiménez, vamos a Sancho Gracia, que era el protagonista de la serie, y a quien realmente descubrí, porque me impresionó, fue a Álvaro de Luna, es decir, la otra cara de El Algarrobo, que en la serie era un personaje bruto, poco hablador”, relata José Vicente. “Me dijo que le tutease y por ello cuando me refería a él en el periódico, en la mitad del reportaje, comenzaba así: Álvaro de Luna, “El Algarrobo”, es un tío las mar de campechano. El “bandido bueno” se encariñó con su personaje. Barba popular y ancha sonrisa. En la serie no sabe hablar ni leer, pero en la realidad Álvaro de Luna es un actor con una cultura elevadísima, e incluso en aquella época yo ignoraba que había estudiado Medicina. Para Álvaro de Luna, ¿qué ha significado este papel de “Algarrobo”?
Sobre todo un lanzamiento popular. Yo era un actor que no tenía una gran popularidad, que había trabajado mucho, pero siempre un trabajo “picando” como decimos los actores; un papelito aquí y otro allí. Este personaje me ha dado la oportunidad de trabajar seguido, de acercarme durante 41 horas --que ha sido el número de capítulos-- a todos los hogares de España los domingos por la noche en que casi todas las familias están en casa y eso ha hecho que el personaje haya cogido mucha fuerza y que a mí me haya beneficiado bastante.
También habrá servido para demostrar tus aptitudes artísticas, preguntó José Vicente Ávila, y la respuesta fue tan amplia como explicativa y por ello la vamos a reproducir:
Bueno, esta es una cosa que en principio la debe decir el público, no nosotros. Pero es muy necesario para un actor no sólo tener las aptitudes artísticas, cosa que le es imprescindible, sino tener el medio de comunicación y en este caso el medio ha sido el personaje de la serie “Curro Jiménez”, que parece que está hecha a nuestra medida, porque todos nosotros habíamos empezado haciendo un trabajo de acción, de violencia cinematográfica que nada tiene que ver con la violencia ciudadana, sino de montar a caballo, saltar, caídas de altura, peleas.
Sancho Gracia y yo habíamos hecho muchos papeles de este tipo, él de actor y yo de especialista, y por eso se ha demostrado que la serie ha salido bien porque todo lo hemos hecho nosotros y no hacía falta que nos doblaran. Los caballos se cansaban prácticamente antes que nosotros.
“Todo esto que he explicado es un poco lo que se va a ver en el espectáculo de Cuenca. Desde que Sancho salta de un caballo a la diligencia, a mí que me arrastran en un caballo; el Gitano, con un toro de Ortega, hace filigranas y rejonea muy bien; El Estudiante también trabaja, en fin, todo lo que la gente veía en televisión lo va a presenciar en directo en la plaza de toros”, señalaba Álvaro de Luna para animar a los lectores.
El redactor le preguntó entonces a Álvaro de Luna si como actor le iba a ser difícil salirse de ese papel de Algarrobo, como le ocurrió después a Antonio Ferrandis con Chanquete, para hacer otros personajes y así se expresaba hace cuarenta años, si tenemos en cuenta que estos días en todos los medios se ha publicado que ha muerto Álvaro de Luna, El Algarrobo:
Me será un poco difícil porque a este personaje le tengo un cariño especial. En la vida de las personas hay etapas que son más importantes que otras. Mi etapa como “Algarrobo” hay sido muy importante. He relanzado mi vida, la he cambiado, me he casado y he tenido una niña; me he consolidado como actor no sólo ante las empresas, que me era necesario, sino también ante el público. El personaje lo cambiaré en cuanto haga otro que no sea “el Algarrobo”.
Insistía en que “a veces hay que cambiar”, pero por ahora no tengo necesidad de cambiarlo”, y hasta su muerte lo ha llevado aparejado a su nombre de actor consagrado. Agregaba entonces: “Como decía Sancho Gracia vamos a hacer una nueva película que es también historia de Curro Jiménez y trabajaremos como nos lo pide el público”. Y efectivamente, tras esos 41 capítulos que citaba Álvaro de Luna, llegaron otros como la película Avisa a Curro Jiménez y en 1995 otros doce capítulos de Curro Jiménez, el regreso de una leyenda, la mitad de ellos dirigidos por Benito Rabal, que dirigió la película El hermano bastardo de Dios, rodada en Cuenca.
Además de actuar ese día en Cuenca, Sancho y Álvaro se acercaron a ver una Exposición que les llamó mucho la atención que estuviese aquí. Se acercaron hasta la sala de exposiciones de la entonces denominada Caja de Ahorros de Cuenca para ver una exposición sobre Francisco Bore, que era otro gran acontecimiento, quizá menos valorado en la ciudad pese a su importancia, pues Bore había fallecido en 1972. Se trataba de la Exposición “Bore. Óleos 1926-1936” que era todo un lujo para Cuenca. El crítico Alfonso de la Torre, que se siente conquense por convicción, recuerda la importancia de aquella muestra, gracias a la iniciativa de la hija del pintor, Carmen Bore, que se casó con Enri Dechanet, que fue el maestro vidriero y artista que dirigió la técnica de las vidrieras de la Catedral de Cuenca, realizadas por Torner, Rueda, Bonifacio y el propio Dechanet.
También Sancho Gracia y Álvaro de Luna se dieron una vuelta por la Plaza Mayor, abordados por no pocos vecinos y visitantes, pues había que llenar la plaza de toros. Como la serie estaba en todo su apogeo, el público se divirtió con la presencia de estos personajes y sus dotes de acción en vivo ante caballos y diligencias.
Otros rodajes
Sancho Gracia participó en algunos rodajes en Cuenca y la provincia, de los que ya dimos cuenta, y Álvaro de Luna menos, aunque fue uno de los grandes especialistas que estuvieron en el rodaje de El coloso de Rodas en 1961, con escenas en la Ciudad Encantada. Álvaro incluso hizo papeles para Kirk Douglas en Espartaco o Anthony Quinn en Barrabás. Pero quizá el mejor corolario del desaparecido y gran actor que fue Álvaro de Luna sea su participación en el cortometraje Misericordiam Tuam, dirigido por el inquieto y ya experto director de cine, el conquense Juanra Fernández, que nos ha relatado anécdotas en el rodaje en la localidad de Moya y aquel momento en el que Álvaro de Luna, que había estudiado Medicina, “tuvo que ejercer de médico improvisado para atender a una de las responsables de los caballos que había sufrido un pisotón de uno de los animales”.