Tres puntos... de inflexión

Valencia

Algo está cambiando en el Valencia del Centenario. Cuando, tras fallos clamorosos de Rodrigo ante la portería del Getafe y dos tiros al palo de Neto por parte del conjunto madrileño, todo parecía condenado a otro empate, el VAR fue decisivo. El dispositivo arbitral ante las cámaras descubrió el penalti -absurdo, pero penalti- de Bruno a Kevin Gameiro que después materializaría Dani Parejo para sellar el triunfo del murciélago en el Coliseum Alfonso Pérez.

De esta forma, el equipo que dirige Marcelino García Toral encadena dos triunfos consecutivos y, si bien es cierto que desde el punto de vista de la clasificación no se produce un cambio sustancial, sí es innegable que en materia mental el grupo llega al parón con las mejores sensaciones de la temporada. Y por ahí debe perseverar el cuerpo técnico durante y después del parón por los compromisos de las selecciones internacionales.

A pesar del 0-1, no hay cambios radicales en el tono general de los futbolistas del Valencia. Para bien y para mal. Detrás, la sociedad Garay-Gabriel genera garantías absolutas en la mayoría de tardes y Gayà mantiene el nivel que le ha abierto las porterías de la selección española. En el centro, Coquelin tiene ahora mismo la etiqueta de intocable, Carlos Soler sigue con su derroche de trabajo aunque no llegue al excelente todas las tardes y Guedes va ganando en forma física.

Arriba, Rodrigo sigue negado con el gol -si tiene la tarde, el Valencia hubiera ganado cómodamente- y Kevin Gameiro ha sido determinante en las dos victorias: Anoeta y Getafe. El esfuerzo silencioso en los entrenamientos de la Ciudad Deportiva tiene premio. Y Gameiro es de los que entrena muy bien.