"Es falso que el centro se muera"

Elche

Cerca de 200 placeros se concentraron ayer en La Glorieta para reclamar una solución con el Mercado Central y el centro comercial de la ciudad. Los portavoces de la Junta de Gobierno han puesto por delante su respeto a este tipo de manifestaciones.

Aun así, el portavoz adjunto del Gobierno y concejal de Compromís, Antonio García, ha dejado claro que "es falso que el centro se muera". García ha asegurado, además, que ese lema está haciendo daño a la gente que quiere abrir un negocio en el centro.

Asimismo, ha manifestado que no entiende que algunos se sorprendan de que el gobierno defienda una determinada línea política sobre el centro cuestionando el proyecto del Mercado Central. El concejal ha defendido que en los programas electorales ya se contemplaba cuál era el modelo de centro que iban a desarrollar.  Del mismo modo que resolvía el alcalde hace unos días, García ha recordado que siguen a la espera del informe de ICOMOS.

Por su parte, la portavoz, Patricia Maciá, ha aclarado que se van a seguir reuniendo con las asociaciones de comerciantes para seguir desarrollando las medidas contempladas en el Plan Centro y el diagnóstico dentro del plan estratégico para conocer la situación del comercio en la ciudad. Maciá también ha recordado que en muchas ciudades, los centros comerciales están sufriendo una reconversión con la implantación de las nuevas tecnologías y de establecimientos de hostelería.

Del mismo modo, como secretario general del PSOE de Elche, Alejandro Soler, entiende que antes de final de año debe estar definida la postura del equipo de gobierno en torno al tema del Mercado Central y el plan de dinamización comercial, con independencia del informe Icomos.

Soler pide determinación al equipo de Gobierno para saber que determinar con el Mercado, si se sigue o no con el proyecto. Y pone como fecha límite antes de que finalice el año como así trasladó la agrupación socialista al alcalde, Carlos González.

Soler desconoce cuando se emitirá el informe de Icomos, al que se aferra el alcalde Carlos González, como último obstáculo para tomar una decisión.