Cosidó y la lata de gasolina

El ya celebre Whatsapp de Cosidó va camino de convertirse en uno de esos mensajes cortos que, a pesar de sus pocos caracteres, terminan describiendo una realidad prolija a la altura de los grandes tratados académicos. Ejemplos en este sentido no faltan. Han pasado ya seis años del "Luis sé fuerte", pero aún, su significado está arropado por una sonoridad ensordecedora.

Más allá de la torpeza de Cosidó, que es evidente, lo que verdaderamente convierte en dinamita su mensaje es lo que de él se deduce. Aquellos que mantienen que la cúpula judicial está politizada, con todo lo que ello supone, han recibido el regalo que esperaban, esto es, la confirmación por escrito de sus sospechas.

El senador autonómico por Castilla y León ha vertido gasolina al fuego y ahora se afana en perderse entre el humo para hacerse invisible y aparentar que no pasa nada, que como mucho, lo suyo ha sido un simple error. Un error juvenil que los demás debemos asumir con la comprensión debida, a fin de cuentas, ¿quien no ha puesto en jaque en alguna ocasión la credibilidad de uno de los pilares del Estado?