¿Tiene que dolerme la regla?
La dismenorrea afecta a la mitad de las mujeres pero no tiene que aceptarse como normal
Fuenlabrada
Vayamos con los hechos confirmados. Las mujeres menstrúan y lo hacen además a lo largo de un tiempo significativo de sus vidas. Algunas encuentran en ello una experiencia dolorosa. “Sin embargo es importante subrayar que el dolor en el periodo menstrual no es una condición propia ni normal de todas las mujeres”, deja claro Miriam Sobrino Olmedo, matrona y sexóloga Hospital Rey Juan Carlos de Móstoles.
¿Tiene que dolerme la regla?
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La dismenorrea, o “regla dolorosa”, es un malestar que afecta aproximadamente al 50% de las mujeres. “Para entender porque aparece ese dolor tenemos que mirar el proceso de la menstruación. En él, el endometrio (tejido que recubre el útero) se desprende y libera unas sustancias (prostaglandinas) que causan la contracción del útero”, explica Sobrino.
Entre el 10 y 15% de todas las mujeres que padecen esas reglas dolorosas “puede presentar cuadros severos de dolor” y en el 5% puede ser tan severo que genere incapacidad para las actividades diarias. “El dolor aparece en la parte baja del vientre, espalda y muslos. Empieza con el sangrado o unas horas antes, y es mayor conforme aumenta el sangrado; luego va desapareciendo. Se puede acompañar de náuseas, vómitos, dolor de cabeza, estreñimiento o diarrea”, enumera.
Este dolor es el síntoma ginecológico más frecuente en adolescentes y mujeres jóvenes. “Puede tener dos presentaciones, una que llamamos primaria y es la más frecuente. En este caso no hay otros problemas de salud, no hay una causa que lo desencadene más allá del propio ciclo menstrual”, explica. Este sería común entre los 15 a 25 años, aparece desde las primeras reglas y suele mejorar con el paso del tiempo, en ocasiones desaparece tras el primer embarazo.
Otro tipo es la dismenorrea que llamamos secundaria o adquirida, que aparece cuando existen alteraciones en el aparato genital, y que puede empeorar con el paso del tiempo. “Sería ese dolor pélvico cíclico y asociado a la menstruación que experimentan las mujeres diagnosticadas de endometriosis, miomas uterinos, adherencias pélvicas...”
En cuanto al tratamiento depende de la intensidad del dolor pudiendo contemplar, desde la aplicación de calor local hasta otras medidas como “la reducción de la cafeína, chocolate y carnes rojas”, dice Sobrino que aconseja aportar suplementos dietéticos como el “ácido graso omega-3” y “practicar ejercicio físico”.
Sobre el tratamiento farmacológico destacan los antinflamatorios AINES (ibuprofeno, aspirina por ejemplo) y los anticonceptivos hormonales como los orales o la inserción del DIU.
“Quizá sea interesante tener presente que habría acudir al médico si el dolor se prolonga más allá que la menstruación o aparece entre un ciclo y otro, o si de manera repentina aparece este dolor después de los 25 años. También son señales de alarma si además aparece dolor con las relaciones sexuales o bien no mejora con las medidas anteriores”, concluye.