No tenemos para comprar, ni de rebajas

Palma

Nos prestamos a la liturgia y la exageración de las rebajas, pero algo huele a vacío en el pequeño comercio.

Las patronales del sector tiendas fueron los primeros en detectar que los escasos sueldos y las carísimas viviendas de Balears impedían la fiebre compradora de los ciudadanos.

Con las hipotecas y los alquileres más caros de Europa, el dinero se nos va en garantizarnos un techo.

No tenemos para comprar, ni de rebajas.

Cuando los comerciantes nos proponen tentadores descuentos, hemos de responder con un resignado “ya hemos dado”.

En concreto, “ya hemos dado” a los artículos de primera necesidad que en Balears son más caros que en el resto de España.

Todo ello por no hablar de que el tráfico decreciente de los peatones se ha sustituido por el tráfico creciente de internet.

En la era Netflix, salir de casa es lo único que no podemos hacer sin salir de casa. El resto nos lo sirven a domicilio.

A escala global, no es un problema que los baleares hayamos dejado de comprar.

El problema es que han dejado de comprar los chinos, y por las mismas razones.