El legado de Blasco Ibáñez, a Madrid y a los tribunales

Valencia

El patronato de la Fundación Blasco Ibáñez, reunido en la tarde del miércoles, ha decidido retirar la parte del legado del escritor valenciano que se ubica en la Casa-Museo de la Malvarrosa y que es de su propiedad. Además, reclamará ante los tribunales al consistorio la devolución de los fondos del escritor, de titularidad municipal, que consideran como propios.

El secretario de la Fundación Blasco Ibáñez, Ángel López, ha asegurado a la SER que el destino más probable para esta colección es una institución de Madrid y que el Ayuntamiento de Valencia tiene 90 días para devolver a la entidad los fondos que son de su propiedad. López ha explicado que se informará a la Generalitat Valenciana, a la Diputación de Valencia y a Les Corts de su decisión.

La capital de España se erige como principal destino pero no es el único que se baraja, tanto a nivel nacional como internacional, para que los fondos estén bien conservados, circunstancia que ahora no se daba, según el secretario de la fundación, por falta de medios. Eso sí, la Biblioteca Nacional es su última opción porque, dice López, si el legado del escritor acaba allí, jamás regresará a la capital del Turia.

Esta mañana el primer edil, Joan Ribó, ha asegurado que mientras él sea alcalde Blasco Ibáñez se quedará en Valencia. Ribó espera que se pueda resolver porque sino la justicia tendría que actuar. Por ello, trabajan para acercar posturas y el mismo alcalde quiere reunirse personalmente con la fundación para explicarles las mejoras del convenio. Mejoras que pasan por ampliar la aportación económica del consistorio y la entrada de la Generalitat Valencia en el mismo.

Un conflicto que se arrastra 18 años

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Una parte de los fondos son propiedad de la Fundación Blasco Ibáñez. El problema viene con la otra parte, la que la nieta del escritor, Gloria Llorca Blasco-Ibáñez, cedió al ayuntamiento en 1997. Según fuentes de la entidad, Llorca se reservó el derecho de reclamar los documentos, cartas, libros y fotografías de su abuelo a los dos años y así lo hizo, pero, dicen, el Ayuntamiento no quiere reconocerlo. De hecho, el alcalde, Joan Ribó, se ha mostrado convencido de que los informes de los servicios jurídicos demuestran la titularidad municipal.

Fuentes municipales aseguran que antes del verano ya había una propuesta para renovar el convenio con la entidad que se había estado prorrogando y que terminó el 31 de diciembre, esta vez, con mejores condiciones económicas. El único obstáculo planteado para alcanzar el acuerdo es que la Fundación quiere que ese texto especifique que parte de los fondos del escritor valenciano, que se encuentran actualmente en la Casa-Museo de la Malvarrosa, son de su propiedad.

Desde la fundación, se muestran agotados tras 18 años de tira y afloja con el Gobierno municipal y por eso irán a los tribunales, para que sean ellos quienes pongan una solución definitiva al conflicto. Aunque advierten de que con ello Valencia podría correr el riesgo de perder para siempre el legado de su autor más internacional.