Esperando al pirómano
Las operaciones de las Policías Local y Nacional deberían haber elegido la modalidad de caza a la espera

"La línea roja" de Matías Vallés (23/01/19)
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Palma
Habrán escuchado mil veces la noticia “Buscando al pirómano de Palma”, pero ahí radica precisamente el problema.
Dada la actividad frenética del misterioso personaje que quema una media de un contenedor diario de basura en Palma, salir en su búsqueda solo garantiza la decepción de no igualar su ritmo de combustiön.
Las operaciones de las Policías Local y Nacional deberían haber elegido la modalidad de caza a la espera.
Se trata de apostar el número conveniente de agentes junto a una batería de contenedores, con la certeza de que en algún momento verán aparecer al delincuente que amenaza con prenderle fuego a la ciudad entera.
“Esperando al pirómano” es un método que requiere de consumada paciencia y que tampoco garantiza el éxito, pero no puede superar en fracaso a las iniciativas policiales desarrolladas hasta la fecha.
El pirómano ya ha quemado casi uno de cada diez contenedores palmesanos.
Dado que no quema el primer cacharro que encuentra, porque esta precipitación supondría su detención sin haber alcanzado su record actual de más de trescientas unidades calcinadas, antes de proceder a la quema debe efectuar un examen minucioso de la calle y las vías de escape.
El hombre que más sabe sobre la basura de Palma, es decir el pirómano, ha calculado su intervención en cada calle, pero el atolondramiento de perseguirlo impide darle alcance.
Permanezcan pues a la espera.




