La Economía y el Bien Común
Firma de opinión. Álvaro Fuentes Guerra. La Economía y El Bien Común.
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La Economía en los últimos años parece un caballo desbocado y sin control. Se aleja cada vez más de lo que debería ser: una herramienta al servicio de las personas. Los cambios que se están produciendo son tan rápidos que nos hacen difícil ver si vamos o no en la buena dirección.
Me refiero a lo que llamamos la Nueva Economía. No es fácil fijar posición, ya que siempre hay algo de verdad en ambas partes de cualquier conflicto. También en los de ámbito económico. Pero sí podemos hacernos algunas preguntas que nos ayuden a clarificar.
A mí se me ocurren tres, que son: el nuevo modelo que estamos analizando, ¿mejora o empeora las condiciones de trabajo de las personas a las que afecta?, ¿reduce o incrementa la desigualdad entre personas y países? y, por último, ¿cuál es su impacto medioambiental?
Respondiendo a estas tres preguntas podemos, al menos, saber a dónde nos dirigimos. Hay un modelo económico que intenta dar respuesta a estas tres cuestiones: la Economía del Bien Común. A diferencia de la mal llamada Economía de Mercado, pone al bien común por encima del máximo beneficio y en su aplicación se apoya en la colaboración entre actores en lugar de en la competencia feroz.
Lo primero que podemos pensar es que la música suena bien pero no deja de ser música, a la que no podemos poner letra por la dificultad de aplicarla. Pero la realidad es otra: ya hay empresas e instituciones que lo están haciendo. Además del balance económico tradicional, elaboran el balance del Bien Común. Y os invito desde aquí a investigar cuáles son las partidas que lo componen.
Estas palabras están dedicadas a una persona que nos ha dejado recientemente y que no sé qué opinaría sobre la Economía del Bien Común, pero que ha dedicado su vida a trabajar por una Economía al servicio de las personas y no que las personas estén al servicio de la Economía. A esta persona tuve la suerte de tenerla como profesor: Jaime Loring Miró.