"Un mediador en un suicidio tiene que tener empatía y no juzgar"

Fuenlabrada

“Se me hizo eterno, fueron más de tres horas de mediación. En estos casos tienes que intentar empatizar, tener contacto visual y si se puede contacto físico, para  agarrar a la persona y que todo salga bien”. Así recuerda Lorenzo Campillejo Merino, bombero de Fuenlabrada, su experiencia como mediador. Lo ha hecho en siete ocasiones, todas distintas, la última para evitar que una persona saltara desde el alfeizar de un décimo segundo piso. Lo consiguió, aunque subraya que fue un trabajo de equipo, con los compañeros bomberos, los policías y las dotaciones médicas que acudieron al lugar de los hechos. “Mis compañeros estuvieron de diez, igual que policía local y nacional, que fueron los primeros que llegaron y también los servicios sanitarios”.

El cuerpo municipal de Bomberos de Fuenlabrada ofrece varios cursos formativos y uno de ellos  enseña a cómo ser un mediador en estos casos. “Cuando el bombero accede al Parque fuenlabreño se le da una serie de módulos formativos y uno de ellos es para saber actuar en tentativas de suicidio”, indica el Jefe del Parque fuenlabreño, Víctor Manuel Fernández de la Cotera.

Son situaciones muy delicadas, por eso reconoce que “empatizar es lo más importante y sobre todo no juzgar, cada uno tiene sus historias, sus problemas…, intentas buscar un nexo de unión para que coja confianza. Buscas temas que tengas en común, música, etc…”

Pero además de formación, Campillejo tiene ‘un algo especial’. “Él es una persona que vale para estas situaciones, tiene aptitud para ello”, reconoce el Jefe del Parque fuenlabreño. Son situaciones límite en las que, a veces, “te rompes, después de la intervención”, dice Campillejo.

El uniforme hace mucho, “llegas a un sitio y ves que tienes que actuar, el uniforme hace que dejes esa presión y claro, no llevártelo a casa”, aunque hay veces, como ésta última, en la que “algo se ha quedado todavía”, afirma con los ojos algo vidriosos por la emoción.