Pobrecitos patinetes
Escucho el anuncio de un debate sobre los patinetes a motor que acosan a los peatones en las ciudades de Balears

"La línea roja" de Matías Vallés (18/02/19)
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Palma
Escucho el anuncio de un debate sobre los patinetes a motor que acosan a los peatones en las ciudades de Balears.
Me felicito de que por fin se aborde el último insulto a la integridad del eslabón más débil de la cadena, que es el ciudadano que se desplaza a pie.
No podía estar más equivocado, porque la reunión planteaba los peligros que corren los infractores que pilotan esos engendros a velocidad excesiva por vías que no les corresponden.
No se trataba de denunciarlos, sino de apiadarse de ellos.
Con el departamento emocional de nuestro cerebro francamente saturado, cuesta encontrar un hueco para conmoverse ante el hipotético descalabro de patinadores que amenazan delictivamente nuestra integridad.
¿Qué es lo siguiente, preocuparse de que los navajeros se lastimen mientras colocan el instrumento en el cuello de sus víctimas?
¿O se trata incluso de que paguemos a escote un seguro a los usuarios de los patinetes ilegales?
Los excesos bondadosos pueden ser tan nocivos para la convivencia como la dureza dictatorial.
La convivencia se escora peligrosamente a favor de los truhanes.
O la izquierda vigente limpia las calles de patinetes ilegales, o la ley y el orden las impondrán otros. Contra todos.




