El Obispado de Mallorca recibe con "sorpresa y dolor" la marcha de los 'coritos' de Lluc

Palma

Los Misioneros de los Sagrados Corazones, los "coritos", dejan su labor pastoral en el Santuario de Lluc tras 128 años de dedicación y trabajo debido a "la falta de vocaciones mallorquinas que la congregación padece desde hace ya muchos años", ha decidido su consejo general.

Esta decisión del consejo general celebrado el pasado 3 de enero ha sido comunicada al Obispado de Mallorca, que se encargará a partir de ahora a la administración del santuario mariano.

El obispado ha recibido con "sorpresa y dolor" esta decisión y afirma que esta situación plantea un "nuevo reto" a la diócesis, que deberá estudiar y decidir sobre la nueva atención y administración del santuario.

Su intención es que continúe siendo "la casa solariega de todos los mallorquines" y el "corazón espiritual de la isla", como lo ha sido de manera ininterrumpida desde el siglo XIII.

Los Sagrados Corazones han informado este lunes en un comunicado su decisión de dejar el santuario, que fue trasladada oficialmente el pasado 16 de enero al obispo de Mallorca, monseñor Sebastià Taltavull, que coordinará el proceso de traspaso.

La congregación se hizo cargo de la administración del monasterio en 1891, un año después de su fundación, atendiendo así la solicitud del entonces obispo de la isla, Jacinto María Cervera.

Desde entonces, los misioneros han trabajado "incasablemente" y han desarrollado una "meritoria labor" para el sostenimiento material y la atención pastoral y espiritural de la Casa de la Moreneta, se afirma en el comunicado.

La "especialísima" relación de los Sagrados Corazones y Lluc hace que esta despedida sea "muy costosa", tras llegar a la conclusión que no es posible continuar por la escasez de vocaciones.

"Sentimos un gran dolor a la hora de decir adiós a este benditísimo lugar, como lo denominaba el padre Joaquin Rosselló, nuestro fundador, pero manifestamos a la vez nuestro deseo de seguir sirviendo a la Iglesia local de Mallorca dentro de nuestras posibilidades", manifiestan los "coritos".

Por su parte, el Obispado de Mallorca quiere que Lluc continúe siendo un lugar de peregrinación y vida espiritual para todos aquellos que suban al santuario.

El obispado ha querido expresar su "proximidad" a los "coritos", a quienes les ha agradecido "su entrega y amor a la Casa".

Finalmente, el obispado pide a toda la Iglesia de Mallorca que acompañe este nueve periodo de reflexión que se abre para analizar cómo debe ser la nueva administración del monasterio, para que la decisión que se tome sea "la más acertada" para "nuestra Iglesia y el bien del pueblo".